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Primera | Real Madrid 4 - Deportivo 0

Ronaldo se gana al Bernabéu

Repesca el Madrid a una jornada de ir al Camp Nou el segundo puesto. Prestigia, pues, el clásico del próximo sábado a las 22:00. A once puntos de distancia tras beneficiarse de las pifias de Osasuna y Valencia. Al Depor le dio para el pelo. Comió 'pulpo a feira'. Con sal gorda.

IVÁN CASTELLÓ / AS.COM
Actualizado a
<B>EN GRUPO.</B> El Madrid celebró el primer gol como un equipo. Y con alegría. No debería ser noticia, pero con los precedentes...
EN GRUPO. El Madrid celebró el primer gol como un equipo. Y con alegría. No debería ser noticia, pero con los precedentes...REUTERS

Tardó nueve minutos en inmolarse el Depor. Un autogol como de chiste de Héctor si no fuera por el efecto letal de la rosca de Beckham, que las pone de 10. Molina ni se enteró, mientras Coloccini se quejaba de pura impotencia del salto en la chepa de Sergio Ramos. El gol elevó la autoestima del Madrid, necesitado de fortuna y de mimos.

López Caro, que no se suele enterar ("no te quieres enterar, yé, yé", que cantaban Concha Velasco o Luis Aguilé, en la versión masculina), tampoco tiene gran ayuda en la plantilla que se encontró. Cuatro laterales derechos (Cicinho, Salgado, Sergio Ramos y Diogo) y seis medias puntas (Raúl, Baptista, Zidane, Guti, Robinho y Cassano) son el tesoro que tiene para moldear. Así, no obstante, se han estrellado todos desde Del Bosque.

El Madrid, pese al gol/bálsamo, siguió a la suya. Con tranquilidad en las gradas (aquí no hay ni críticas) y en el césped, conservó ante un Depor que para nada pareció ese monstruo de dos cabezas fuera de Riazor. Ni Centenariazo ni nada.

Caparrós, que se las sabe casi todas pero que, por ejemplo, no ganó la UEFA ni metió al Sevilla en Champions la temporada pasada (y mira que lo tuvo fácil), asistía atónito a la pereza de los suyos, que duele más que la ineptitud.

Triste Tristán

Se desperezó el Depor esporádicamente. Como Tristán a los 21 minutos, en un remate en semifallo que no iba ni a portería. Pero era como cruzar el Rubicón para el Depor. Guti, junto a Baptista en el doble pivote, se ganó la amarilla. Como Duscher. Es como si la posición de mediocentro defensivo desquicie al personal.

A la media hora, la 'Bestia' confirmó que no es tal, que perdió la condición en ruta por el AVE, y no sentenció con el 2-0. Sí lo hizo a los 37’ el Ro-Ro-Ro. Fue poco después de un jugadón de Robinho, solo por la izquierda. Pero se repuso el ex de Santos de su disparo estrellado en Molina (que salió pecho en alto, como los arqueros argentinos), con un taconazo a Roberto Carlos y el pase consabido a Ronaldo, siempre el ejecutor. El segundo gol era justo castigo a la apatía deportivista. Por cierto, el Bernabéu se rindió a Ronaldo cuando éste se arrancó en un eslálom en el que dejó atrás a cuatro zagueros pero ya no pudo con Molina. El reencuentro se producía.

En el descanso, Caparrós ajustició a Munitis y Sergio. Gallardo y De Guzmán, sus sustitutos. Pero no pasó apenas nada. Que el Madrid, de cuando en cuando, perdonaba, como en un remate franco arriba de Robinho (56'). O en otra acción de Ronaldo, que por centímetros no anotó (61'), y en una de Cicinho (63'), menos presumido que en otros días.

Sergio Ramos saltó como un portento físico para establecer el 3-0. Nuevo pase de guante blanco de Becks y otra cantada defensiva del triste Depor. Tras el gol, Raúl a jugar, por Zidane, que ya no está para suertes de 'roulettes' o 'marsellesas' como hace bien poco frente al mismo rival, pero que colaboró con oficio y sacrificio al triunfo.

Cassano tuvo sus minutos al final (Daudén no le concedió un penalti), por Ronaldo, ovacionado. Orondo por orondo, desde el cariño. El protagonismo fue para Baptista, con el 4-0 de falta que firmaría Platini, y Gravesen, que salió enloquecido y se ganó una amarilla que sonó hasta escasa.