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Primera | Valencia 1 - Barcelona 0

Villa monta la revolución

Un clamoroso error de Víctor dio la victoria a los che

Fabián Ortiz
Actualizado a
<b>ASPIRANTE. </b>El Valencia, con su triunfo ante el Barcelona, confirma su buen momento y apunta al título. Villa montó la revolución.
navarro / fontcuberta / gonzález

Es el cagómetro que vuelve, ese aparato virtual que mide con fidelidad el grado de temor que se apodera del barcelonismo cuando las cosas comienzan a torcerse. Es el Valencia, pero también es el Chelsea. Es la Liga, pero también es la Copa de Europa. El Barcelona acudió a Mestalla convencido de que asistía a un examen con repercusión directa en lo que pueda pasarle en su visita a Stamford Bridge, y regresó de allí con el ánimo encogido y como si hubiera vuelto a la adolescencia de hace un par de años: con más dudas que certezas. Villa, como Pancho, montó una revolución en el campeonato y redujo a seis la diferencia de puntos entre un Barça líder que parecía intratable hace tres semanas y al que ahora muchos piensan hincar el diente. Hay Liga.

Las balas en la escopeta revolucionaria de Villa las cargó Víctor. Como en el partido de ida, cuando regaló el 1-2, el portero catalán falló en un despeje fácil tras una cesión de Gio y dejó la pelota a pies del asturiano, quien la elevó sin temor.

Hasta ahí el Valencia había sido superior y maniatado a un Barça que a la morriña por Xavi sumó la tristeza de no contar con Deco, Messi ni Ronaldinho. Iniesta sigue sin superar la prueba, Van Bommel es la sombra de aquel potro del PSV y sólo Edmilson aguantó el tipo.

Racha. Demasiada ventaja ante uno de los rivales más en forma, que se presentaba en este encuentro con una racha de once invictos. Con Albelda y Baraja como complementos ideales de la línea de fondo, donde sólo Moretti sufría con Giuly (y se alivió con la lesión del francés), Aimar asió la bandera del buen criterio, Angulo y Regueiro presionaron a los hombres del Barça que más sufren con ello -Oleguer, Puyol, Gio- y Villa ganó su duelo personal con Márquez y encontró el merecido premio en el error de Víctor.

Lesionado Giuly, Frank Rijkaard puso a Larsson, que desplazó a Etoo de la zona de peligro. Nada complicó a Navarro y Albiol, impecables en anticipación y corte. Además, ante la asfixia de Iniesta y compañía, el Barça lo intentó con pelotazos largos, lo que hizo más fácil la defensa. Belletti le dio profundidad, pero no claridad. Larsson tuvo el empate tras un pase del brasileño, pero Cañizares sacó un pie mágico. Y el resto fue un quiero y no puedo del Barça, a quien Villa le montó una revolución. En el momento justo.