Murcia se ha ganado su confianza en pocos días.

El nuevo míster se juega mucho y nos transmite esas ganas. Quizá ha habido momentos en los que lo veíamos todo perdido y hubo relajación. Por suerte, con Pepe Murcia ha sido empezar de cero y las ganas se han transmitido desde el primer día. Ha creado muy buen ambiente y es uno más en el vestuario.

Este año se le ha visto muy triste y lloró tras la eliminación copera.

El campo es el reflejo de cómo estás fuera. Si pasas una situación difícil, te afecta. Me afecta como a cualquier aficionado y se pasa mal. Sí lloré. Pierdes en la ida y tienes una reacción impensable, con 2-2, el estadio callado y el rival atrincherado. Cuando pita el árbitro y ves que se te va la Copa...

Llega el Camp Nou, uno de sus campos favoritos.

Es muy especial. Debuté en Primera allí y la gente me ha demostrado mucho cariño. El año pasado me aplaudieron tras hacerles los dos goles. Sales sabiendo que lo normal es perder y juegas con una relajación muy positiva.

Luego llegará el Mundial, ¿qué tal su relación con Luis Aragonés?

Llegué con 17 años y me encontré con Luis, que lo había vivido todo. Me metía mucha caña y hubo veces que llegaba a casa sin ganas de volver a entrenarme. Hubo muchos malos ratos, pero ahora lo agradezco, porque todo lo que hizo fue por mi bien.

¿Se imaginaba que su vida con 21 años sería así?

Cuando eres pequeño y tienes la ilusión de ser futbolista, no sabes lo que hay detrás. Y cuando eres mediático, se te acaba la vida social. Y sé que esto tiene que ser así hasta que acabe mi vida deportiva. Pero cuando las cosas van bien todo es muy bonito.

Tras cinco años siendo su ídolo indiscutible, por primera vez se escuchan críticas de la afición a Torres. ¿Se siente cuestionado?

Muchos atléticos me piden que me quede y otros muchos me dicen que me vaya, por mi bien, y esto me llama la atención muchísimo. Me he dado cuenta de que en este club todo lo que pasa es culpa mía, para bien y para mal. Esa presión tienes que aguantarla porque es así. He tenido que soportar cosas fuera del campo que otros no aguantan. Se habla del dinero, pero si fuera por eso no estaría aquí.

¿Siente que se le trata peor por militar en el Atlético?

Es muy difícil vivir siendo atlético en España. Se nos trata de forma diferente. Se castiga mucho más a los jugadores atléticos que a los de otros clubes. Ha habido delanteros que han estado cinco o seis jornadas sin marcar y se habla sólo de mala racha. En mi caso es distinto.

Usted reconoció en 'El País' que "la historia del Atlético es más grande que su realidad".

Los números mandan y hay que tener paciencia. Ha habido demasiados fichajes, los equipos que están delante no se han hecho en dos meses.

También ha dicho que destituir a Bianchi fue lo mejor para todos.

No ha sido como crítica, él estaba dañando su imagen. Mucha culpa es nuestra. Murcia ha sabido cambiar el rumbo y han llegado los resultados. La gente vuelve a estar ilusionada en el Calderón. Hubo ansiedad, la presión de la grada se nos echaba encima. Al final, las culpas siempre recaían en los mismos y cuando todo lo que pasa es culpa de Kezman, Petrov o mía lo quieres hacer todo y no haces nada. Ahora ya no estamos bloqueados.