El Madrid no se fía de un Athletic en horas bajas

Copa del Rey | Real Madrid - Athletic

El Madrid no se fía de un Athletic en horas bajas

El Madrid no se fía de un Athletic en horas bajas

pepe andrés

López Caro concentró al equipo y Clemente juega al despiste

La lógica nos sugiere que el gol de Beckham en el partido de ida debería ser suficiente para sentenciar la eliminatoria en favor del Madrid, pero no vivimos tiempos muy razonables. Lo demuestra, entre otras cosas, el hecho de que los blancos hayan perdido esta temporada en el Bernabéu cuatro partidos, uno más que en toda la pasada campaña, y que las debilidades del equipo sean más notorias en casa que fuera.

Tampoco debe verlo muy claro López Caro, que ayer concentró a la plantilla por primera vez, algo que repetirá sólo en los "partidos vitales", como se encargó de explicar a los muchachos, a los que recordó la importancia que tiene para el club la Copa del Rey, trofeo que no se levanta desde 1993 y que para muchos, entendidos y turistas accidentales, se presenta este año como la competición más asequible.

Hace muy bien López Caro en mantener la tensión de la tropa justo en los momentos en los que resultaría más fácil perderla: eliminatoria aparentemente resuelta y rival al que se tiene tomada la medida, o lo parece. En ocasiones como esta pienso que lo que necesitaba el equipo no era un estratega con traje de Armani, sino un jefe de estudios.

Si hay que espantar la confianza es porque el Madrid venció con cierta comodidad al Athletic en Liga por 3-1 y si los visitantes marcaron fue gracias al mortífero juego aéreo de Woodgate. En aquella ocasión los rojiblancos estuvieron nulos en ataque, seguramente porque Mendilibar no alineó más delantero que Etxeberria.

Hace una semana, ya en la Copa, las fuerzas estuvieron más parejas, pero el Madrid acabó por imponerse, y lo curioso es que lo hizo con las mismas armas que su rival: sudor y orden.

Otra historia. Esta noche será diferente. Pero no menos interesante. El marcador en contra obliga a Clemente a salir ligero de ropa al Bernabéu, es decir (no asustarse), volcado al ataque, lo que imagino que traiciona sus más profundos instintos. No descarto, sin embargo, que lo que parece un enorme riesgo nos descubra la mejor versión del equipo, con buen toque, pero que se desangra por la defensa. Si los rojiblancos se liberan de la presión que les aplasta en la Liga, si su entrenador se expone a salir goleado, puede haber partido.

De momento, al Athletic sólo se le supone la épica, ya que Clemente no da pistas sobre el planteamiento. Ayer, ante los periodistas, se limitó a ofrecer lo que él mismo calificó como una lección táctica: "Si el Madrid tiene el balón, no lo tenemos nosotros". Cuando Javi se pone humorista es una mezcla de Moncho Borrajo y Rockefeller (el muñeco), pero sin gracia. En esos momentos de inspiración debería dar las conferencias de prensa sentado en una silla de patas altas, como de pub, aunque le colgaran las piernas.

Socarronerías aparte (las suyas, digo), el Athletic intentará la hazaña sin Yeste y Luis Prieto, por lesión, y sin Urzaiz y Guerrero, por decisión técnica. Etxeberria estará en el banquillo, lo que parece confirmar que la única preocupación de los rojiblancos es la Liga, donde son penúltimos y los espera el Barça.

Tácticamente, Iraola, que en la ida fue superado por Robinho, se adelantará unos metros y su puesto en el lateral lo ocupará Expósito, más defensivo. Dañobeitia y el propio Iraola serán los encargados de suministrar balones a Aduriz, que, según transcurrra el partido, será reforzado o relevado por el prometedor Llorente.

También habrá que ver si Clemente plantea algún marcaje especial sobre Guti, al que ha señalado como el futbolista más destacado del Madrid en la ida, y en esto no le falta razón.

Una novedad. Guti volverá a ser el director de juego madridista, como en Villarreal, acompañado por Helguera. El cántabro es la única novedad con respecto a la ida, en detrimento de Gravesen, probablemente condenado por las declaraciones de su agente, que ha puesto a su representado en el mercado y ha dado por concluido su crucero por el Caribe.

Para Robinho y Baptista, el encuentro se presenta, en principio, como una espléndida oportunidad para ganarse el favor del Bernabéu, asignatura que aún tienen pendiente. Soldado también tendrá la ocasión de reivindicarse, aunque en su caso las dudas no procedan de la grada. De la actuación de todos ellos dependerá que el equipo resuelva sus problemas de gol.

Por cierto, Javier García Coll, hombre para todo, sustituirá como delegado del equipo a Chendo, operado de la espalda. Gana en altura el Madrid.