La espina clavada de Lamikiz

Yo digo | Nika Cuenca

La espina clavada de Lamikiz

Fernando Lamikiz fue uno de los directivos del hace años presidente José María Arrate que más sufrió con la injusta y atropellada marcha de Jabo Irureta en la campaña 94-95. El clima en su contra que vivió en San Mamés, alimentado en parte por algunos medios muy críticos con el irundarra, se tornó insostenible, hasta el punto de que fueron sus propios hijos los que le instaron a tirar la toalla. Le habían comparado en una pancarta con Forrest Gump, le achacaban que comiera chicle en el banquillo... Demasiado. Luego llegó Stepanovic con sus rutilantes puros y hacía gracia. Jabo supo discernir entre lo que es y seguirá siendo siempre el Athletic y lo que crea en ocasiones el entorno, hasta el punto de irse de San Mamés perdonando dinero. A raíz de aquello, al abogado que hoy ya es el presidente le quedó una espina clavada.

Aunque Irureta no alardee de ello por no ser su estilo, la junta directiva tocó a una persona de su entorno para que pulsase si estaría dispuesto a regresar para sustituir a su ex pupilo Mendilibar. La respuesta fue negativa y no porque el bueno de Jabo no se creyese capaz de sacar esto adelante o no ame a este club como el que más. Porque alguna vez Irureta ya ha deslizado en privado que sí, que le entusiasmaría arrancar otro proyecto serio y ambicioso en La Catedral. No deja de ser chocante para el fútbol español que este hombre de lunes al sol (o sábados lluviosos) esté en el paro, todo un lujazo de entrenador de Primera en el paro.