Balboa, en la senda de Jones

Primera | Real Madrid

Balboa, en la senda de Jones

Balboa, en la senda de Jones

felipe sevilano

Javier Balboa, canterano del Real Madrid de raíces guineanas, brilla en cada actuación con el primer equipo. Un jugador que por origen y paisanaje entronca con Miguel Jones, el futbolista que destacó en el Atlético de los sesenta.

Sin lugar a dudas, el mejor alcalde que tuvo la ciudad de Santa Isabel (hoy Malabo) en la década de los 60, fue don Abilio Balboa Atkins. En su época, florecieron en la ciudad, por entonces de dominio español, las artes, pero sobre todo los deportes: no había fin de semana alguno, que el estadio Santa María no fuese escenario de algún combate de boxeo o un buen partido de fútbol.

Contribuyó al auge del fútbol el hecho de que los tres hijos de Abilio Balboa: Norberto, Armando y Chiqui, eran excelentes futbolistas, aunque el que mas destacó de todos los hermanos fue Chiqui, un formidable goleador, hábil, y rápido, que marcó una época en el Juventud de Biafra y en la selección guineana.

Pero además de jugar al fútbol, Armando y Norberto se comprometieron en la lucha por la independencia de Guinea, como militantes significados del Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial (Monalige), que lideraba Atanasio Ndongo Miyone, quien tras la independencia protagonizó un fallido golpe de estado contra el presidente Francisco Macías. La represión que siguió a la intentona golpista se llevó por delante a Armando y a Norberto, el abuelo del actual jugador del Castilla y que brilla en el Real Madrid, Javier Balboa. Después de eso, los Balboa se desperdigaron por España. Una hija de Armando, Alicia, se unió con el primogénito de Domingo Balmanya, que fuera entrenador del Barça. Y el hijo mayor de Norberto, Ricardo, se estableció en Madrid, donde se casó con Purificación (Mami, en familia). De esta unión nació Javier Balboa Osa, quien ingresó con 14 años en las categorías inferiores del Real Madrid.

En la estela de los Balboa, se hallaban los Jones, otra extensa saga criolla que arranca con el patriarca, Maximiliano Jones, fundador de la ciudad de San Carlos (hoy Luba) y cuyos hijos impulsaron la práctica del boxeo en la ex colonia española en África. Gracias a Williwardo Jones, los guineanos pasaron de ser simples bronquistas callejeros, a dominar la guardia, el jab y el directo.

Destacados púgiles como Pedro Becche (alias Bala Negra) o el gran campeón annobonés, Pablo Olivera, fueron alumnos destacados del magisterio de los Jones. Y, aún le dio tiempo a esta familia, con raíces en Guinea y en el País Vasco, a enseñar a jugar al tenis y al baloncesto a muchas generaciones de guineanitos.

Pero a pesar de la gran afición de los Jones por el boxeo, el deportista más brillante de esa familia acabaría siendo Miguel Jones, un poderoso atleta, que empezó destacando en el Baracaldo pero terminó por explotar, de manera espectacular, en el Atlético de Madrid. Miguel Jones militó durante ocho temporadas en el club rojiblanco y, dadas sus increíbles condiciones físicas, jugó de todo menos de guardameta. En varias ocasiones se alineó como central, pero también lo hizo como medio, interior y extremo.

Años después, cuando ya se había retirado Miguel Jones, y uno de sus hermanos hacía sus pinitos como entrenador de fútbol, en Guinea, al frente del Sony San Fernando, irrumpió de manera espectacular en el deporte nacional, el último de la saga, Juan Carlos Jones, un velocista explosivo y de gran zancada, que se iba a convertir en plusmarquista español de los cien metros lisos. Al final, la historia haría que el fiscal que juzgó y condenó a muerte, en 1979, a Macías, se llamase José Luis Jones.