Las declaraciones publicadas ayer por AS que Paulo Campos, ayudante de Luxemburgo, había hecho en Brasil inculpando a Guti de querer borrarse del clásico ante el Barcelona cayeron como una bomba en el hotel de concentración del Madrid en San Sebastián.

Todo comenzó por la mañana, cuando los periódicos llegaron a manos del presidente y del cuerpo técnico del Madrid. Una vez visto lo publicado por AS, Luxemburgo y Mello pidieron explicaciones a Campos. Éste negó los hechos en todo momento y se excusó diciendo: "Son unas palabras que se han malinterpretado. Yo nunca he dicho eso". Lo cierto es que las declaraciones pasaron de una habitación a otra de los futbolistas, creando gran malestar entre la plantilla, que entendió que se había traspasado el código ético que debe tener todo vestuario.

Después del almuerzo, María Bretones, enviada especial de la Cadena Ser, llevó la grabación de Campos en la emisora brasileña a la mesa en la que conversaban Luxemburgo y Marcos Teixeira, su otro ayudante. Al escuchar las palabras de su compañero, ninguno de los dos daba crédito e incluso llegaron a echarse las manos a la cabeza. "Pero, ¿cómo es posible?". La escena fue contemplada por la mayor parte de la prensa acreditada.

Poco después, se producía una reunión de ambos con Paulo Campos en una de las habitaciones del María Cristina. Los hechos ya habían llegado a oídos del presidente y éste había ordenado tomar medidas.

Campos le pidió disculpas a Luxa y éste le contestó: "Conmigo no tienes que hablar. Pídele perdón a Guti". Eso hizo y fue lo que le salvó. Sin embargo, Campos no vio después el partido en el banquillo, sino que lo hizo en el palco. A la conclusión del choque, Campos tampoco se desplazó al aeropuerto en el mismo autocar de los jugadores. Lo hizo junto a los directivos. A pesar de todo Campos continuará en la disciplina del club.