España se la juega el día de San Margarito

Clasificación Mundial 2006 | España-Eslovaquia

España se la juega el día de San Margarito

España se la juega el día de San Margarito

La Selección, con Luis García y el Calderón a tope, a por un 2-0

Hoy es el día de San Margarito, de cuya vida y milagros tienen ustedes noticia en esta misma página. España tiene santo al que invocar y al que entregarse este sábado 12 de noviembre cuando Luis Aragonés y sus muchachos iniciarán su camino por la repesca que debe llevarles al Mundial alemán. San Margarito Flores García, mexicano de nacimiento, de nula ascendencia eslovaca, ¡ayúdanos!

Cualquier ayuda va ser bien recibida. Esta es la hora de la verdad, la que no tiene vuelta atrás. Luis está seguro de lo más importante: que los jugadores están convencidos de la victoria. Para el técnico, es el Periodismo quien más duda sobre la suerte de la Selección. Pero no es este momento de dudas, sino de apretar los dientes y apostar por un equipo capaz de tener la pelota, de jugar y de marcar una diferencia de al menos dos goles. Un 2-0 sería el resultado mínimo-ideal pensando en la vuelta en Bratislava.

Luis probó a lo largo de la semana y apostó por una alineación clásica, con extremos y Luis García en el puesto de Joaquín. Gutistas a un lado, España sale hoy con lo que tiene. Que no sabemos de verdad si es mucho o si es poco. Pero sí que debe valer para ganar esta repesca. España es mejor y, sin duda, tendrá a su lado a San Margarito. Un aliado definitivo en este momento crucial. El otro aliado es el Calderón, que no viene de caldera pero lo será.

Sacerdote, fugitivo y mártir mexicano

Margarito Flores nació en Taxco (México) el 22 de febrero de 1899. Pronto mostró una destacada lucidez intelectual y a los 25 años se ordenó sacerdote. Un año después, el Estado mexicano rompió relaciones con la Iglesia, por lo que tuvo que ser trasladado a otros departamentos no sin sufrimiento. EN 1927 fue detenido y trasladado a Tulimán, donde le sometieron a todo tipo de vejaciones y lo fusilaron. Él se negó a que le vendasen los ojos y perdonó a sus verdugos. Meses después de ser enterrado, unos fieles exhumaron sus restos y, según cuentan los textos religiosos, aún manaba sangre como el primer día. -Iván Molero