A menudo tu pasado es tu peor enemigo. Sobre todo si los antecedentes son gloriosos. La gente espera tanto de ti, mesías, que el primer error ya te condena. Así afronta Bianchi el apasionante Atlético-Barça de esta noche. Su proyecto parecía llamado a recuperar la grandeza y, tras dos jornadas, es cuarto por la cola. Si no gana al campeón, las dudas que surgieron tras la debacle de Riazor serán nervios desatados.

Enfrente, el Barça es una máquina. La jornada continental reafirmó la jerarquía del fútbol español y los de Rijkaard han alcanzado una categoría que en la Europa actual tienen muy pocos (Juve, Milán y Chelsea). Ya no necesita gran cosa para ganar. Un rebote aquí, un penalti allá y 0-2 en Alemania. No deslumbra como el curso pasado, pero se siente superior en cada campo. Y el rival tiembla.

Menos el Atleti, por supuesto, que vive contracorriente. En realidad, por juego ha merecido más del punto que tiene. Avasalló al Zaragoza y perdió con un tanto ilegal en A Coruña, pero no marca. En contra de la teoría dominante, creo que sí tiene gol. Y mucha velocidad para encontrarle las fisuras a Puyol y compañía. Lo hizo el año pasado y empieza a ser costumbre. Como, además, Bianchi no hará de entrenador sino de persona corriente y pondrá a los buenos, sus opciones se multiplican.

Entre los nombres propios destaca el de Fernando Torres. El gran objeto de deseo de Laporta lleva 17 partidos sin marcar y el Atleti no gana si él no moja. Pero al Barça suele machacarle. El año pasado le metió tres goles en dos partidos y es el único delantero que logra hacer parecer a Puyol un central corrientito. Con Kezman al lado, veremos si hay o no hay gol.

Vigilados.

En el Barça, el que pasa examen es Ronaldinho, que ha empezado la temporada en su versión más gris, que, eso sí, aún parece un arco iris. A su vera, Etoo y casi un trauma. El camerunés ha jugado siete veces contra el Atleti con el desolador balance de un empate y seis derrotas. La Liga pasada, la pareja Pablo-Perea se comió a las estrellas blaugranas. Habrá pique.

Todo esto en un Calderón a reventar, con Petrov encarando mil veces a Belletti, Deco y Xavi evaluando a Luccin y Gabi y Leo y Valdés pugnando por ser el portero más en forma de la Liga. Sólo una ausencia. Un minuto de silencio por la publicidad de películas en la camiseta atlética. De las telarañas de Spiderman a Gigoló en Europa, pasando por Sosa y Richard Núñez anunciando Dos rubias de pelo en pecho. Impagable. Descanse en paz y que empiece el espectáculo.