El escritor portugués Antonio Lobo Antunes advierte que el fútbol lo han secuestrado los futbolistas. Afirma que está cansado de extremos "amanuenses" incapaces de improvisar un mísero regate. Dice que "ya no hay jugadores que me hagan feliz. Estoy cansado de futbolistas escrupulosos, obedientes, aburridos. Una especie de perfección negativa. Una monotonía oficinesca". (Nota: Alguien debe advertirle de la existencia de Robinho urgentemente). En A Coruña no se espera la visita de Antunes. Al menos, de momento. El Deportivo languidece asfixiado por las deudas y propone sobrevivir agarrado a un bilardismo con RH sevillista. Caducado el iruretismo (primo hermano del menottismo), Caparrós hurga en una plantilla en la que el talento ha dado paso al talante. Ejemplo: Valerón se desangra en el banquillo. Hoy aterriza en Riazor el Atlético, equipo insolente en septiembre y decadente en febrero. El Gatillazo Club de Fútbol durante las últimas temporadas. Inútil como una botella de Moët & Chandon abierta hace tres días. Pero este año ha fichado mucho (como siempre) y bien (al menos eso aparenta, verbo muy oportuno para este fútbol actual). Por fichar, hasta ha contratado un entrenador solvente como Carlos Bianchi.
Shakespeare, de corto
. El partido puede disparar las susceptibles alarmas colchoneras en caso de no puntuar, mientras que reforzará la moral de las hordas gallegas si ganan. Será baja Coloccini (el nuevo Alfaro de Caparrós), cuyo aire caciquil le condena a llevar a los galones. Y será suplente Taborda, delantero al que el club definió como "un futbolista culto". El Shakespeare del área, se me ocurre. Sin embargo, su 1,92 de estatura invita más a pensar en el fútbol prosaico que en el poético. De ahí la desconfianza del la grada. Quien estará entre los titulares es el canterano Iván Carril, pese a que Lendoiro atrancó la puerta de Abegondo a los chavales al ocupar 25 fichas en el primer equipo. Así, Caparrós difícilmente alumbrará otro Sergio Ramos por el que sacar tajada.
El Atlético es más una intuición que una realidad todavía. Se le presupone velocidad (la de Petrov), veneno (el de Kezman), hambre (el de Maxi ) y... a Torres, alguien capaz de escapar de Alcatraz y olvidarse el DNI dentro. El Niño rebosa talento, pero le falta definición. Con Bianchi aprenderá el viejo oficio de goleador, pero la ansiedad le pesa. Hoy el Atleti encontrará a un Depor fiero que gana por deber, no por placer. Esta noche El Virrey se examina de bilardismo en Riazor. Y Antunes, al que "el sentido común en el deporte, no le interesa", seguirá leyendo en casa. Salvo que alguien pierda la cabeza...
Hubo una sesión de vídeo de Caparrós
El Deportivo saltó con media hora de retraso al césped de la Ciudad Deportivo de Abegondo. La razón era más que justificada: Joaquín Caparrós aleccionó a su gente sobre el Atlético de Madrid vídeo en mano. El técnico utrerano desveló algunos de los apectos claves en el funcionamiento del juego rojiblanco con la ayuda de la tecnología. En la anterior etapa, la que lideró Javier Irureta, había sesiones de vídeo, pero en esta nueva etapa que amanece para el deportivismo las nuevas tecnologías están pujando fuerte. A la plena incorporación del gimnasio y las sesiones de vídeo se suman las técnicas nutricionistas que han incoporado el servicios médico del club de cara a la prepración física de todos los miembros de la plantilla.
