Este es su tercer año en el Atlético B, pero Pepe Murcia sigue fiel a la idiosincrasia del primer día: "Formación y clasificación". Lo explica: "Todos los años el equipo se conforma con muchas caras nuevas. De ahí que el objetivo instaurado, y respaldado por el club, sea la formación de jugadores, más que la clasificación". Cuando las piezas del grupo se amoldan, la máquina funciona, los resultados llegan. Lo dicen los datos: en su primer año quedaron primeros, en el segundo, quintos. El B se entrena cada día en el campo contiguo al del primer equipo. Un valla les separa. Y eso, un alambre, es para Murcia la distancia entre sus pupilos y los de Bianchi: "Cada año llegan muchos de fuera y han de entender lo que es ponerse la camiseta del Atlético y las exigencias que tienen en el filial. Lo que les separa de Primera es una valla". Y, ahí, sí que tendrán exigencias.
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