Equipo compacto y bloque sólido. Hacía mucho tiempo que no ocurría ésto en el Atlético. Carlos Bianchi ha conseguido armar un equipo y acoplar todas las piezas en tan sólo dos meses. La sensación que transmite este conjunto es que no pierde la compostura en el terreno de juego. Mientras que los números que deja esta plantilla muestran que hay una columna vertebral con muchos minutos compartidos.

Las estadísticas indican que el portero, la defensa y la pareja Gabi-Luccin han sido los futbolistas que más minutos han jugado en los nueve partidos de pretemporada. Bianchi sabía que en la zaga defensiva, que fue lo único salvable de la temporada pasada, debía seguir siendo la misma. El estilo de juego del Atlético ha cambiado y los directores de orquesta también. Gabi y Luccin han tenido muchos minutos para compenetrarse y familiarizarse con los defensas. El técnico argentino ha construido un nuevo equipo con los cimientos del año pasado.

Carácter ofensivo.

El trabajo de Bianchi se ha concentrado en mentalizar a sus jugadores de ser un equipo ofensivo. No sólo con la llegada de grandes jugadores se consiguen buenos resultados. Por ejemplo, los rojiblancos no consiguieron anotar un gol en el primer amistoso. La solución de Bianchi fue poner a toda la plantilla al día siguiente dos horas seguidas rematando a puerta. Se hartaron de tirar a portería.

En dos meses ha mejorado el promedio goleador de la temporada anterior (1,44 goles por partido frente a 1,05). Pero las vibraciones del equipo superan a unas estadísticas mejoradas. Kezman, Maxi o Galletti no han tenido todos los minutos necesarios para demostrar su potencial. Bianchi ha instaurado su filosofía: "Para ser un equipo ofensivo tenemos que asumir riesgos". Durante esta pretemporada ha corrido los justos porque el promedio de goles encajados por partido es casi igual que la campaña pasada (0,88 ante el 0,89).

Sorpresas agradables en la plantilla

Diferentes jugadores, que no partían a priori con muchas opciones a principio de pretemporada, han convencido a Bianchi para quedarse en la plantilla. Zahínos se ha convertido en el comodín del entrenador. Su polivalencia le ha permitido llegar a jugar como central. El canterano se ha ganado un puesto en el equipo. Juan Valera ha sorprendido por otra circunstancia: puede competir con Velasco por el lateral derecho. El jugador murciano no ha tenido tantos minutos como Zahínos, pero ha dejado muy buenas sensaciones cuando ha jugado. En la lucha por ser el tercer delantero quedaron Arizmendi y Braulio. El primero ha conseguido 2 dianas y ha sido muy utilizado por Bianchi. Braulio ha tenido mala suerte con las lesiones, pero también agrada al técnico.