Ya es historia la aparición del entonces blaugrana Luis Figo en el balcón de la Generalitat de Catalunya al grito de "¡blancos, llorones, felicitad a los campeones!". Samuel Etoo, que tenía guardado desde hacía meses el recado de venganza, concluyó su discurso ante casi 100.000 espectadores en el Camp Nou con un "¡Madrid, cabrón, saluda al campeón!", frase que repitió varias veces, mientras Gerard intentaba frenarlo.

La del camerunés fue la nota negra de la fiesta de celebración liguera del Barça. Novecientos mil aficionados en las calles y cien mil en el estadio, para sumar un millón de hinchas en pleno jolgorio. El recorrido de los autocares descubiertos por las principales arterias de la ciudad y la posterior celebración en el campo recordaron los días en que el Barça volvió de Wembley con la única Copa de Europa ganada por el club, en 1992.

Destrozos. Las autoridades ciudadanas hicieron un recuento provisional de daños hasta la tarde de ayer y sumaron 30.000 euros en mobiliario urbano, equipamientos y otras lindezas. A esa cifra habrá que añadir lo que haya quedado de la pasada noche, larga noche, porque hoy es día festivo en Cataluña.

Concluido el paseo en autobús, la comitiva volvió al Camp Nou, donde tuvieron lugar actuaciones musicales (la destacada, el himno del club a cargo de Joan Manuel Serrat). Y luego llegaron los parlamentos. El más comedido, en catalán, el de Frank Rijkaard. El vergonzoso, por estar tan fuera de lugar, el de Samuel Etoo, que ya es historia en las relaciones Barça-Madrid.

Ettien admite que habló con Etoo

Félix Ettien reconoció ayer en El Larguero que cuando salían del descanso le dijo a Etoo, en francés, que "no apretaran el acelerador porque les valía el empate". El punta del Barcelona no respondió y se limitó a "mover la cabeza". Ettien también afirmó que fue una decisión de los jugadores y que el club "no intervino".