Risas desde el infierno

Liga de Campeones | Juventus - Real Madrid

Risas desde el infierno

Risas desde el infierno

jesús aguilera

El Madrid se entrega a Ronaldo para abatir a la Juve en Turín

Recomiendo disfrutar de las horas antes, es lo único seguro. Aconsejo saborear esos minutos viscosos que apenas transcurren. Sugiero mirar con frecuencia el reloj, inquietarse. Y hablar con otro que padezca. Consolarse y animarse. Evadirse hasta la hora del partido es de cobardes.

Cuando era un niño imaginaba qué harían los futbolistas en esos momentos previos a los grandes partidos, me preguntaba si lograrían conciliar el sueño en la siesta, qué marca de galletas comerían en la merienda, cuáles serían sus conversaciones, cuánto su miedo, los gritos del vestuario. Tanta era mi identificación con lo que estaba por suceder que hubo veces en las que llegué a calentar, sprint corto y talones en los glúteos.

Hoy se disputa uno de esos partidos que invaden el día entero y hasta que comience la batalla se puede optar por dejar pasar el tiempo o por jugarlo. Yo, para evitar tirones traicioneros, recomiendo calentar.

Un periódico ruso definió la eliminatoria como el duelo de señoritos del fútbol mundial. Pero es más. El Real Madrid se juega la temporada y creo que, incluso, parte de la que está por venir. De la clasificación o no dependerá que este verano hablemos de renovación o revolución. El destino de varios jugadores estará condicionado por lo que suceda esta noche en Delle Alpi. Aunque haya quien mantenga que el equipo aún tiene cuerda, me temo que pasar o no será la diferencia entre una digna despedida de ciclo (tal vez gloriosa) y un entierro traumático.

Para la Juventus el partido no es menos importante. El equipo que ha construido Capello es bueno, pero está lejos de ser magnífico, y da la impresión de vivir enganchado del prestigio del escudo y de la persuasión del entrenador, flojas cadenas. Esa falta de excelencia en el enemigo convierte al Madrid en favorito, no importa el ambiente contrario, o no debería. A un solo tiro no hay nadie con más puntería.

Luxemburgo también ayuda a que las sensaciones sean positivas, porque desde su llegada al Madrid ha transmitido un respeto solemne en todo lo que se refiere a la Champions, recuerdo que decidió rotar para reservar a jugadores en el partido de ida. Y que fue crujido por ello. Durante la semana ha ensayado cómo defender las jugadas a balón parado y da la sensación de que ha preparado al equipo para todas las calamidades con las que pueda encontrarse, muchas.

Guti no jugará de inicio, pero corre el rumor de que su aparición en la segunda parte tendrá el objeto de rematar a la Juve, da igual el marcador. Mientras, Figo desgastará a los rivales. La sola existencia de un plan, mejor o peor, ya se convierte en una gran noticia. Zidane y Raúl regresan al once titular. El francés lo hace concentrado como nunca, pues entiende que aún le debe un recital a esos tifosi. El capitán llega renqueante después de pasar una gripe que pareció peste bubónica.

Tridente italiano. En la Juve, Capello duda si alinear a Trezeguet o a Zalayeta junto a Del Piero y al temible Ibrahimovic. Trezeguet es un delantero escurridizo y oportunista y Zalayeta se reveló durante su estancia en el Sevilla como un auténtico zote, aunque puede presumir de haber eliminado al Barcelona de la Champions 2003. Tal vez lo que tiene Capello no son dudas sino vértigos por jugar con tres delanteros. Tacchinardi se intuye como el relevo de Blasi. Nedved es baja, todavía tiene la cabeza como una maraca; nadie sin casco le disputará un balón por alto a Raúl Bravo.

Aunque el partido tiene mil focos, casi todos se concentran en Ronaldo. La Juve lo ha catalogado sin rubor como el enemigo público número uno y en el Madrid existe una confianza casi infinita en que sea él quien resuelva. Se confirma que no hay nadie más fiable en los duelos a muerte. Durante el entrenamiento de ayer no paró de reírse, lo que se interpreta como una buena señal. Para él estos infiernos son piscinas de bolas.

Hace dos temporadas el Madrid perdió en este mismo campo, pero se dieron entonces una serie de circunstancias irrepetibles que se podrían resumir, básicamente, en dos: Ronaldo estaba lesionado y Nedved tenía cabeza. Hoy es diferente. Lo que le quede a la galaxia se verá hoy o ya no se verá nunca. En cualquier caso, recomendaría calentar.