Era un secreto a voces. Zinedine Zidane, posiblemente el jugador más cualificado de la última década, anunció anoche en Canal+ Francia que abandonará el fútbol en activo el 30 de junio de 2007, justo cuando finalizará su actual contrato con el Real Madrid. La pérdida de chispa y de fondo físico, evidentes sobre todo esta temporada, le han hecho recapacitar y por eso el marsellés se ha autoimpuesto una fecha de caducidad que, curiosamente, coincide con su adiós a la camiseta blanca. Ello significa que el Madrid va a ser el último equipo de Zizou, por lo que dejará al equipo del Bernabéu con 35 años recién cumplidos. Suficientes para decir: "¡Basta ya!".
Sincero. Después de tomar este verano la decisión de abandonar la selección de Francia (con la que cosechó los mayores éxitos de su carrera, Novena aparte), a Zidane le faltaba fijar su adiós con el club que le ha dado el trampolín definitivo hacia la celebridad. "Tengo un contrato con el Madrid que va hasta 2007 y lo que deseo es llegar hasta el final y poner fin a mi carrera en esa fecha. No iré más lejos". Tampoco escurrió el bulto sobre las opiniones que recomiendan que adelante su adiós dada su aparente decadencia en el juego: "No está esa posibilidad en el orden del día".
El crack marsellés lleva tres años sufriendo molestias crónicas en la espalda (provocadas por un leve accidente de tráfico) que le han mermado su rendimiento. Ello también ha favorecido una decisión que va encaminada a retirarse por la puerta grande. Zinedine no quiere arrastrarse y, de hecho, no es descartable que hoy vea el arranque del partido con el Espanyol en el banquillo. Las rotaciones con él serán cada vez más habituales.
Nuevo embajador del Madrid
Lo que sí es seguro es que Zidane no abandonará el Real Madrid cuando cuelgue las botas. Florentino Pérez ya le ofreció en su momento la posibilidad de permanecer en la estructura jerárquica de la entidad, dado que por su carisma, su buena imagen y su personalidad se convertirá desde 2007 en un embajador idóneo del Madrid. Zizou será habitual en los viajes con los blancos y en todos los actos sociales que requieran una representación de altura.
