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Primera | Real Madrid

Gravesen: Un 'perro de presa' que también sabe tocarla

Es el líder del Everton. Su fútbol es más creativo que destructivo. Es elegante y a veces se excede en la dureza. Letal en sus disparos desde la media distancia.

Actualizado a
Gravesen.

Desde hace años se viene cometiendo una injusticia con Thomas Gravesen. Por su aspecto de boxeador frustrado, agresivo y peleón se le confunde con Tofting, aquel centrocampista violento versión danesa del italiano Gattuso. Grave error. Se recuerda que Myke Tyson, impresionado por el estilo de Gravesen, vistió con su camiseta toda su etapa de entrenamiento en Dinamarca antes de un combate ante Brian Nielsen. Una anécdota cierta, que deja claro el aspecto rudo y peleón del jugador. Pero Gravesen es un jugador más creativo que destructivo. Cuando llegó al fútbol inglés se le bautizó como "el perro malo" por su aspecto. Y una expulsión ante el Fulham engordó esa teoría. Se habló de su escaso autocontrol y de su dureza, pero con el tiempo la historia cambió.

Recuperador. Es un mediocentro con capacidad para recuperar la pelota pero sobre todo para moverla, y ordenar al equipo. Suele encontrar el ritmo a los partidos, levanta la cabeza cuando tiene la pelota y es el alma del Everton revelación de la Premier. No es un jugador elegante, pero da gusto verle porque casi siempre hace lo correcto. A veces se excede en la dureza, pero nadie duda de su importancia. Su fútbol ha crecido en los últimos años. A sus 28 años sostuvo al Everton en la decepcionante temporada pasada y en ésta ya mejoró sus cifras goleadoras. Es decisivo su buen disparo desde media distancia. Su aspecto confunde, su fútbol no.

Nacido en Vejle (Dinamarca) y crecido en el modesto equipo local, antes de convertirse en estrella del Hamburgo y rechazar un traspaso al Bayern Múnich, Gravesen ya había mostrado todas sus cualidades. Líder natural, mediocentro organizador, desde que en 1997 llegó al Hamburgo. Un año más tarde debutó con la selección danesa ante la República Checa. Siempre fue el eje del equipo, incluso con Dinamarca ha sido a menudo el jugador clave en un once inicial con Gronkjaer, Tomasson o Jorgensen. Todos le buscan y todos le encuentran. Su pasión por la Premier League le llevó al Everton por tres millones y medio de euros. Una lesión y algunos problemas con el técnico Walter Smith le dejaron sin sitio, pero cuando llegó David Moyes le recuperó.

Inmenso en el Mundial 2002. Fue elegido el mejor jugador danés en su país y el partido ante Francia le consagró. Morten Olsen reconoció que es el jugador más importante de la selección y, de momento, guía al Everton en la zona Champions. Instalado como uno de los mejores centrocampistas de Inglaterra en su quinta temporada en el Everton, quizá haya saciado su amor por la Premier. El Madrid le espera.