Adriano, Robinho y Gerrard. Dos brasileños y un inglés. Un goleador implacable, un habilidoso delantero que puede jugar por las dos bandas y un mediocentro descomunal. 22 años el artillero, 20 el extremo y 24 el pulmón del Liverpool de Rafa Benítez. Estas tres joyas constituyen el eje del gran Madrid que Florentino diseña para la próxima temporada. Les avala su edad (serán el relevo generacional para algunos galácticos, que empiezan a dar síntomas de estar en su última recta), su calidad futbolística y su carisma. En el Inter (Adriano), en el Santos (Robinho) y en el Liverpool (Gerrard) son las tres grandes estrellas pese a su juventud.

Florentino le comunicó a su junta directiva el pasado día 21 que los problemas sufridos esta temporada demuestran que es necesario hacer algunos retoques en el proyecto y que es preciso darle un nuevo impulso emocional y de juego al Madrid con la contratación de tres o cuatro cracks que estén avalados por su DNI y por su currículum. El caso de Adriano es determinante, dado que garantizaría al club mantener su estrategia de traer "a uno de los mejores del mundo cada año", política sólo rota este pasado verano con los resultados tan pobres constatados hasta la fecha.

Adriano tiene enamorado a Florentino. Cuando estuvo en Venecia hace dos semanas antes del partido decisivo del Roma, se quedó alucinado al ver por la televisión del hotel un hat-trick del 'Fenómeno' al Messina, uno de ellos con un lanzamiento magistral de falta. El presidente tiene buena relación con su colega del Inter, Massimo Moratti, y éste ya conoce sus deseos. La primera respuesta ha sido "no". Pero tambien dijo lo mismo con Ronaldo y tras una cumbre en el Pitina II todo quedó arreglado.

La llegada de Sacchi a las oficinas del Bernabéu puede dar un giro igualmente trascendente para que Adriano acabe en el Madrid junto a su amigo Ronaldo. Arrigo ya logró llevárselo cedido al Parma cuando era consejero del presidente del club italiano, por lo que su relación con el chico es fantástica.

Más a favor de Adriano. El club maneja datos que ensalzan la enorme profesionalidad de Adriano, alejado del tópico de "frívolos" que acompaña a sus compatriotas. Vive por y para el fútbol. Justo lo que ha pedido Florentino a sus jugadores antes de las vacaciones: "Hay que matarse en el campo".