Torres y el reino de Urzaiz

Primera | Athletic-Atlético de Madrid

Torres y el reino de Urzaiz

Torres y el reino de Urzaiz

alejandro gonzález

Son los pichichis españoles. Juegan Pablo y Perea

Entre torres andará hoy el juego en San Mamés. Primero el anfitrión, la torre principal de La Catedral, Ismael Urzaiz. El ariete (pocas veces mejor empleado el término) del Athletic es el máximo goleador español con ocho tantos. Puesto al que aspira otro Torres, Fernando, que lleva siete y visita su campo fetiche, donde ya marcó un par en su última visita. Ante el aparente equilibrio entre delanteros, la clave puede estar en la presencia de otras dos torres, los centrales del Atlético, Pablo y Perea (éste, más que torre, es tanqueta), que finalmente serán titulares.

El manchego tiene que ir a todas partes con un cojín amarillo, como el Linus de Snoopy, para poder sentarse y el colombiano sigue tan renqueante que Ferrando ha viajado a Bilbao con 19 jugadores por si acaso. Pero este Atlético se ha sostenido hasta el momento por tres patas, los dos centrales y el Niño, y si a un taburete le quitan un punto de apoyo se desmorona. No digamos ya si le faltan dos. Por lo tanto, Ferrando tenía que forzar y lo ha hecho. No hay mejor sitio para olvidar todos los males que San Mamés. Les reconozco (y me juego el puesto) que la primera vez que estuve allí me olvide de apuntar tarjetas y cambios. Me absorbió el ambiente.

Tal vez ese fenómeno explique porque el Athletic ha sumado 14 de sus 15 puntos en casa. Hay que buscar motivos místicos para entender cómo puede coquetear con el descenso un equipo que sale con Etxeberria, Yeste, Ezquerro y Urzaiz. Evidentemente, le falta contención. Sus laterales son dos proyectos magníficos, Iraola y Del Horno, pero atacan mucho más que defienden. Magnífico para el espectáculo y para el iluminado Antonio López, que puede encontrarse una autopista sin peajes.

Al ataque. El Atlético llega al estadio más británico de España con su recién adquirido fútbol inglés por bandera. La presencia de Salva le permite practicar un fútbol mucho más directo y de ritmo trepidante. Ante Osasuna ya se vio que, a campo abierto, Torres se convierte en Freddy Krueger con cara de niño: una pesadilla. Si Orbaiz no se recupera de su contusión en la rodilla y en su lugar entra Tiko, otro con alma de delantero, el centro del campo se quedará a merced de Luccin y Colsa. Valverde juega a doble o nada y el espectáculo lo agradecerá. Todos al ataque. Pero con Pablo y Perea, Ferrando tiembla menos.