Cuenta la leyenda que alguien dejó una vez un gato muerto en la base de una palmera, junto al estadio del Levante. "Subiréis a Primera cuando el gato suba a la palmera", rezaba un cartel explicando el jeroglífico. Tras lo del Bernabéu el gato ha estado a puntito de despeñarse y, sinceramente, no es para tanto. Perder con el Madrid no debería ser tan traumático. En el Bernabéu todos querían ganar, pero cada uno a su manera. Y es ahí dónde veo yo el problema. Villarroel quería ganar con el corazón, Schuster con la cabeza y Ettien con las piernas. Todos tenían razón para albergar esperanzas y para, después, generar decepción. Los gatos tienen siete vidas. Demos una por perdida. Vale. Pero ahora viene el Getafe...

Que sepa Schuster que su amigo Quique Flores tratará de hacerle en Valencia la envolvente que él intentó en Madrid: controlar a la espera de una contra. Para romper la trama necesitará, esta vez sí, la velocidad de Ettien y el acierto de Manchev. ¿Es eso reconocer su error? Para mí no. Es sólo jugar en función del rival. Lo demás son trapos para los chotos. Quizá esta semana estaríamos alabando a Schuster si Ronaldo no hubiera golpeado como un martillo pilón. Pero acertó, y así es el fútbol. Con ese gol se vino abajo la maquinación de los cinco defensas. Félix Ettien ha sido el más listo al no entrar en polémica. ¿Será Félix El Gato? De ser así aún le quedan seis vidas. Si yo fuera Schuster cerraría la puerta... para que no se escape el gato.