Da la impresión de que la temporada del Madrid estará marcada por lo que ocurra desde hoy y hasta el día 23, partido decisivo contra el Leverkusen en Champions. Si el Madrid alcanza esa fecha habiendo ganado, es un suponer, al Málaga y al Albacete y logra, pongamos (por ser modestos), un empate en el Camp Nou, además de clasificarse en la Copa ante el Tenerife, que no es fácil, si lo consigue, como digo, y luego supera también al Bayer, será difícil que el Madrid tembloroso de ahora no se convierta de repente en un enemigo temible, aspirante a todo. Ya sé que estas no son las cuentas de la lechera, son más las de la Central Lechera Asturiana, pero trato de resaltar la importancia que tiene para los madridistas el encuentro de esta noche, su efecto terapéutico o aniquilador.
Imagino que después de esta elucubración Málaga, Tenerife, Albacete, Barça y Bayer, por orden, tendrán las manos levantadas, o se las estarán frotando. Ninguno lo pondrá fácil y menos que ninguno los tres primeros, aquellos con los que el Madrid tendrá más problemas de concentración. Se vio ante el Getafe, horrible partido, tras dos buenas actuaciones contra Dinamo y Valencia. Y de eso intentará aprovecharse el Málaga, que es un equipo alegre, de los que se entusiasman fácilmente. Y esa personalidad se ha mantenido a pesar de los cambios de entrenador, lo que dice mucho del equipo, del espíritu y la sensatez de los últimos inquilinos del banquillo, de Peiró a Manzano.
Ataque blanquiazul. El Málaga, además, ha logrado combinar este año un magnífico ataque, Wanchope y Amoroso, ambos con un toque florido e imprevisible, con una cierta rudeza en el juego que se personaliza en Romero, indultado a última hora. Esa mezcla ha restado fragilidad al equipo y le tiene instalado en la mitad de la tabla. Expuestas las virtudes del Málaga, resulta evidente que son precisamente las que más resaltan los defectos del Madrid, que se difumina, especialmente fuera de casa, ante adversarios que presionan y con una defensa que sufre ante delanteros incisivos, más aún si son grandes y buenos cabeceadores, como es el caso. Recuerdo que Samuel sigue lesionado y que Helguera jugará con algunos problemas físicos. Y para defenderse de tanta amenaza, se prevé que García Remón siga disparando los Balones de Oro, con esa esperanza que tiene el alquimista de lograr la fórmula de la eterna juventud, que en este caso es la de comerse el turrón o, al menos, un colín.
Fría acogida y La Rosaleda no se llenará
Cada vez oigo menos madridistas en la grada. El órdago que lanzó el presidente Serafín Roldán en AS no está exento de veracidad. Prueba de ello es el recibimiento que ayer le profesó al Madrid una afición que hace sólo tres años estaba entregada con los colores blancos hasta la locura. Las cosas han cambiado: cerca de 300 aficionados estuvieron esperando al plantel de García Remón a su llegada al aeropuerto. Hubo autógrafos, cánticos, carreras, pero la expedición merengue esquivó a sus incondicionales. Lejos han quedado los tiempos en los que tenían que cambiar de hotel por el acoso de los hinchas en Málaga. Otro botón de muestra: únicamente se han vendido 3.000 localidades de las 8.000 disponibles para presenciar el choque. Los precios, de 100 a 150 euros, tienen buena parte de culpa. Tenemos que cuidar al abonado malaguista. El madridista, que pague, asegura Roldán.
