Álvaro: "Milito y yo no somos ningunas nenas"

Primera | Zaragoza

Álvaro: "Milito y yo no somos ningunas nenas"

Álvaro: "Milito y yo no somos ningunas nenas"

juan navarro

Víctor habló con ambos tras su expulsión y les pidió templanza

Álvaro y Milito se convirtieron ayer en el centro de atención en el regreso del Zaragoza al trabajo, después de su eliminación. De algún modo la derrota en Tarragona, sus consecuencias y la frustración del resultado se encarnaban en los dos centrales, que dejaron el terreno de juego a la hora de partido expulsados. Ayer, ambos analizaron los sucesos con Víctor Muñoz brevemente y después hablaron en público de lo ocurrido: Ni Milito ni yo estábamos nerviosos -resumió Álvaro-. ¿Pero qué queremos? ¿queremos dos nenas en la defensa? Nosotros no lo somos.

Víctor Muñoz adelantó ya el miércoles, tras el encuentro, que trataría lo ocurrido con sus jugadores, en privado. Ayer charló con ellos y con el resto de los futbolistas, para analizar la noche desastrosa de Tarragona: Con el entrenador hemos hablado del partido y de todo en general -reveló Milito-. Por supuesto, también se ha repasado lo de las expulsiones, pero ha sido un diálogo normal. Álvaro coincidió en esa versión: Víctor Muñoz ha hablado con nosotros, nada especial. Está claro que ninguna expulsión ayuda, pero este tipo de cosas pueden suceder. Víctor sí recomendó a ambos que debían mantener la templanza por el bien del equipo, sobre todo para evitar la posibilidad de una tarjeta roja que hubiera agravado enormemente las consecuencias.

Miguel Pardeza también rebajó ayer el impacto público de lo ocurrido. Porque todas las críticas se centraron en Álvaro y Milito, generalmente considerados culpables de dejar en la estacada a sus compañeros. Pardeza se limitó a una lectura más pausada: Tuvieron dos lances y salieron del partido expulsados. Son dos jugadores temperamentales y nada más -zanjó el director deportivo del Zaragoza-. El jugador está en un momento así del partido a 180 pulsaciones por minuto, es un ser humano sometido a una fuerte presión y a veces ésta te puede superar. Pero ese mismo temperamento es el que le hace a ellos ser jugadores especiales, defendió Pardeza.

Consecuencias

. Pero la refriega en el Nou Estadi pudo terminar peor si Losantos Omar, el árbitro del encuentro, hubiera mostrado una roja directa a alguno de los dos centrales del Zaragoza, o a los dos, en las discusiones que siguieron a la jugada. El colegiado, en un gesto de experiencia y templanza, resolvió el dilema con una segunda amarilla en ambos casos. Si hubiera expulsado directamente, la sanción habría pasado a la Liga, con la merma que eso supondría para el Zaragoza.

Curiosamente, esa situación ya se dio la temporada pasada, cuando Álvaro y Milito dejaron casi consecutivamente el campo por sendas expulsiones en San Mamés. En aquella ocasión, el Zaragoza también se vio obligado a jugar el siguiente encuentro sin sus dos centrales por la sanción. A pesar de todo los jugadores, aun reconociendo el perjuicio que le ocasionaron al equipo, le quitaron importancia a lo sucedido: Son cosas del fútbol ¿Un accidente? No, un lance del juego, explicó Milito, aferrado a lo que se conoce como el código argentino: lo que ocurre en el campo se queda dentro del campo.

Álvaro fue algo más explícito. El brasileño negó que se hubieran dejado llevar por los nervios: Ni Milito ni yo estábamos nerviosos, pero qué queremos, ¿dos nenas en la defensa? Nosotros no lo somos. No se puede decir que seamos unos centrales que se ganen muchas tarjetas -se defendió Álvaro-. El año pasado nos mostraron muy pocas para la posición que ocupamos. Pero en el partido estaba prevaleciendo la agresividad por las dos partes y se dieron esas jugadas, recordó el defensa del Zaragoza.

Injusticia. El antagonista de Álvaro y Milito, en ambos casos y separados por apenas unos minutos, fue el mismo: el delantero del Nástic, Diego Torres. Milito vio dos amarillas en apenas tres minutos y dejó el campo en el minuto 59. Poco antes, en el 52, Fernando había anotado el segundo gol del Nástic, que prácticamente eliminaba al Zaragoza. Álvaro vio su primera amarilla en el minuto 54 y la segunda en el 61, cuando Milito ya había dejado el campo: Sigo pensando que la segunda fue injusta -reiteró ayer el brasileño-. El delantero se tiró encima y me agarró de la camiseta.

Su conclusión fue que el asunto se desbocó y ha sido magnificado por la sonora eliminación: No soy el primer ni el último jugador al que van a expulsar -opinó Milito -. A nadie le gusta que estas cosas ocurran, pero ocurren. El argentino no se quiso extender en los incidentes que siguieron a su expulsión, cuando se encaró con algunos futbolistas del Nástic: Lo que pasó queda dentro del campo. Se dio una situación y de ahí lo sucedido, pero queda dentro.

Álvaro sí justificó su enojo tras ver la tarjeta amarilla, cuando increpó a Diego Torres: Cuando me fui a por el jugador del Nástic después de la expulsión, simplemente quise decirle que no se riera -relató Álvaro-. Yo nunca me reiría de un jugador que tuviera que dejar el campo por haberse lesionado o al que hayan expulsado, porque nos puede ocurrir a cualquiera. Cuando salía del campo lo vi riéndose y se lo dije.