¿Qué pedía Catalina: oreja o rabo?

Yo digo | Joaquín Maroto

¿Qué pedía Catalina: oreja o rabo?

A la alcaldesa de Palma la han retratado en el Marca agitando un pañuelo. Uno debería pensar que para pedir la destitución de Floro. Pero luego, qué sorpresa, he leído en el periódico de Mallorca Última Hora, una columna en la que la propia Catalina Cirer, regidora municipal, dice: (...) A mí me sobró el gol del Villarreal y las muestras de disconformidad con el entrenador... ¡¡¡ ??? Es en vista de esta contradicción por la que me hago la pregunta del millón: ¿Dónde estaba Catalina, en los toros o en el fútbol? Julián García Candau me contó un día una anécdota: en su pueblo mandaba mucho el alcalde, a quien se tenía por un hombre de honor... hasta que un día fue al fútbol y escupió hacía arriba, muy hacía arriba. Perdió los nervios y el bastón. Moraleja: el fútbol saca lo peor de cada uno, y se lleva por delante alcaldes y, visto lo visto, también alcaldesas.

Lo de Catalina no me gusta un pelo. Y no lo digo por el pañuelo, que ya sabemos todos que Dios da pañuelo a quien no tiene mocos, sino por el ejercicio de cinismo que supone sumarse a la protesta y luego escribir en el periódico que tal protesta sobró. Y conste que no lo digo porque la señora Cirer sea del PP, que me da lo mismo. Porque también este verano me encontré en Mallorca, concretamente en Alcudia, a José Bono, que es del PSOE, el mismo día que llegaba a Gibraltar el ministro de Defensa de Inglaterra para participar en el 300 aniversario de la toma del Peñón, y sólo unos días después de que el Tireless saliera de la bahía impulsado por sus motores nucleares... Pero Bono, por lo menos, se escaqueó en Alcudia. Un pueblo, por cierto Catalina, en el que las papeleras en el mes de agosto rebosan de porquería y malos olores. Míreme eso, plis.