Se sabía que Wayne Rooney acababa bien contraataques, que marcaba con tiros secos desde fuera del área y que podía golear desde lanzamientos de falta. Lo que no se había visto aún era que lo hiciera en un mismo partido. Este chico, la antítesis de Beckham, se parece al rubio centrocampista del Madrid en su talento para saber escoger momentos: ha sido el jugador más joven de la selección inglesa y del Everton en marcar, mejor goleador de la última Eurocopa y ayer, en su debut con el Manchester, hizo el primer hat-trick de su corta carrera. Y, como si no hubiera hecho nada, se cambió la camiseta con un desconocido jugador del Fenerbahce.

También marcó Van Nistelrooy su gol 31 en su trigésimo cuarto encuentro europeo y cualquier otro día con eso se hacía un titular. Y se hicieron ocho goles en Old Trafford que es otra manera de decir que el Manchester United tiene pólvora arriba, pero que atrás crea todavía dudas, pese a que el regreso de Ferdinand tiene a Ferguson muy aliviado.