No ha habido marcha atrás en su dimisión.

Había motivos claros. Quería manejar el equipo a mi manera y me ha resultado imposible. Como más voy a ayudar al Roma es yéndome. Soy así: si las cosas no van como yo quiero, es preferible dejarlo. No hay nada que hacer. Tal vez esto sea el punto de partida de una recuperación. La situación no es buena, pero tan poco es tan grave.

¿Cuándo se dio cuenta de que esto ya no iba a cambiar?

Durante el partido con el Bolonia comprendí que me tenía que ir. Me avergoncé de cómo estábamos jugando, sin alma; parecía un partido amistoso. Tal vez fallara en la alineación. Todos somos culpables de lo que está pasando, pero el responsable soy yo y por eso me voy. El club me ha pedido que me quede, pero les he explicado mis razones y han entendido que es la decisión correcta.

¿Ha hablado con los jugadores?

Lo hice con Totti al acabar el partido y lo he hecho hoy (por ayer) con todos en el vestuario. Les he pedido que ayuden a Sella y que vayan a Madrid a demostrar que, con independencia del resultado que se dé, todavía son un gran equipo.