En el filo de la navaja

Champions League | Wisla-Real Madrid

En el filo de la navaja

En el filo de la navaja

jesús aguilera

El Madrid se juega media temporada ante un Wisla pletórico

Hay trampa, lo dice Raúl y tiene razón. El Wisla de Cracovia no es uno de esos clubes de nombre extravagante que se cuelan en estas rondas e incitan a los chistes malos, el Spanto de Riga y demás. Hablamos de un equipo que si te dijeran Wisla es muy probable que respondieras Cracovia porque existe una asociación automática de conceptos en los equipos de fútbol que tienen un lugar en la historia, aunque sea remoto, suficiente para retumbar en nuestras cabezas como capitales de países inexistentes: Bohemians-Praga, Banik-Ostrava, Hajduk-Split... Hay más: de todos los conjuntos de la previa de la Champions que no son cabeza de serie (favoritos evidentes) el que tiene mejor coeficiente UEFA es el Wisla, por delante de Benfica, Estrella Roja o CSKA.

Es posible que todavía no haya conseguido asustarles. Es bien sabido que los coeficientes no valen para nada, motivo por el cual la Selección española suele ocupar alguno de los cinco primeros puestos del mundo a pesar de su colección de gatillazos. Tampoco tiene fama el fútbol polaco, desaparecido de nuestra memoria desde la retirada de Boniek, vagos recuerdos de Lato, otro divino calvo. De hecho, ningún club de este país accede a la Liga de Campeones desde 1996.

Sin embargo, sin que existan motivos reales para temer, hay un extraño ambiente que invita a hacerlo. Mientras el Madrid parece completamente distraído, que si tengo agujetas, que si viene Vieira, los jugadores del Wisla hacen declaraciones del tipo: Este es el partido de nuestras vidas. O esta otra: He esperado once años de mi carrera de futbolista para jugar contra un rival así, lo dijo Szymkowiak. No se detectan en sus palabras las concesiones de otras víctimas propiciatorias, esos que suelen comentar que ya es un premio enfrentarse al Madrid porque ya están medio asados, la manzana en la boca.

El Wisla ha marcado 20 goles en cuatro partidos y en el Madrid todavía no se ha visto nada que lo diferencie del equipo de la temporada pasada, genial a ratos, ausente por momentos. Y el Wisla juega en casa. Y Polonia es un país que se levanta y recupera el orgullo, nuevo miembro de la Comunidad Europea, fuera complejos. No es broma, el espíritu cuenta.

Camacho, consciente de que hay en liza prestigio y unos 15 millones de euros (provenientes de la UEFA en concepto de derechos de televisión y patrocinadores), alineará a toda su artillería pesada: Figo, Zidane, Raúl y Ronaldo. Helguera se moverá en el pivote junto a Beckham; Samuel-Pavón serán la pareja de centrales; Salgado y Roberto, en sus bandas; Iker, como San Pedro.

Zurawski y Frankowski son la dinamita del Wisla. Dos tipos absolutamente desconocidos, pero hay un día en que los desconocidos dejan de serlo y los ficha el Racing o así. Al portero, Majdan, lo comparan con Beckham, por pintas y novia. El nigeriano Uche jugará por la derecha. Se ha teñido de rubio para pasar inadvertido, pero se le distingue. Buenos en ataque, flojos en defensa. Ellos se juegan la vida. El Madrid, el futuro.