El Barcelona mejoró notablemente su imagen en la gira asiática, y en su debut en Japón goleó por 0-5 al Kashima Antlers de Toninho Cerezo. El francés Ludovic Giuly y el sueco Henrik Larsson se estrenaron en su faceta goleadora, en un encuentro muy plácido para el Barça, que nada tuvo que ver con el equipo espeso y mal perdedor del otro día en Corea del Sur.
Con Rustu en la portería (y acertado), más Fernando Navarro de titular en lugar de Sylvinho, el equipo azulgrana firmó un notable primer tiempo. Con ritmo en el juego, liderado por Ronaldinho en ausencia de Xavi, y frente a un rival intimidado por el peso de la camiseta del oponente, los de Rijkaard jugaron, por momentos, a placer. Y ahí, en un fútbol sin presión, se formó el triángulo mágico que destrozó una y otra vez al Kashima. Lo formaron el brasileño galáctico más Giuly y Larsson. El pequeño interior francés se despachó a gusto por la derecha, aunque su primer tanto llegó entrando por el carril del 10 en una acción confusa tras un corner. Luego, sin tiempo para el respiro de los japoneses, llegó el 0-2, tras una perfecta apertura diagonal de Ronaldinho que culminó el ex del Mónaco.
Activo Larsson
Larsson, con una cabezazo en plancha que recordó al que protagonizó frente a Bulgaria en la Eurocopa, estableció el 0-3, aplaudido con frenesí por la hinchada local. El sueco, eso sí, falló un montón de ocasiones, pero siempre evidenció que es un 9 nato y que, a costa de intentarlo, marcará goles como soles con continuidad.
En la segunda parte, los cambios ralentizaron el juego, aunque siempre bajo la misma batuta: la del Barça. Los japoneses dispusieron de alguna oportunidad, pero quien se hinchó a rematar fue Larsson. Sin premio.
Al final, el Barça consiguió mejorar el marcador del Madrid, que jugaba a 35 kilómetros de distancia contra el Tokio Verdy, gracias a su mejor jugador, Ronaldinho, inmenso por la banda izquierda hasta darle el pase de gol a Luis García, quien sólo tuvo que empujar a la red el 0-4.
A un minuto del final, Ronaldinho cambió de banda pero para culminar de igual manera una acción individual. En esta oportunidad, el goleador a pase del brasileño fue el argentino Messi, una de las joyas de la cantera culé.
