¡Bienvenido a Barcelona!

Gracias, pero esto es ya como mi segunda casa.

¿Le da la sensación de haber salido por la puerta de atrás?

No. Para nada.

¿Se siente raro estando de vacaciones y sin haber encontrado trabajo?

No. Tenía ganas de dedicarme a mi familia, a la que en los últimos meses tuve abandonada. Pero creo que uno debe diferenciar entre trabajar así o asá.

¿Qué quiere decir?

Debemos entender ciertas cosas. La pasada temporada conseguimos un objetivo muy importante. Cuando nadie creía en la salvación, logramos alzarnos con ello.

¿Por qué no siguió?

No me corte, que voy embalado.

Siga, siga, no se corte.

A lo que iba. Esto es una cuestión de elecciones. Cuando acabé mi última etapa en el París Saint Germain, acepté el reto de venir al Espanyol. Siempre que me propongo algo lo acabo consiguiendo.

¿El proyecto actual del Espanyol es serio?

Sí, ¿por qué no?

¿Cómo hubiera sido el suyo?

Eso sería suponer, por lo tanto, hablar por hablar.

A ver, y aclárese de una vez. ¿Qué pasó después del partido ante el Murcia?

Nada. Simplemente pedí quince días de reflexión. Estábamos todos agotados y deseábamos disfrutar de la fiesta. Como usted bien sabe, tuve problemas familiares y posteriormente entramos en conversaciones con el club para renovar. Todo parecía bien encarrilado, hasta que, no se sabe por qué, las cosas se acabaron torciendo.

¿Pidió todo lo que se dice?

No. Ni mucho menos.

¿Entonces?

Querían hacerme pasar por alguien muy egoísta y por una persona que sólo piensa en él. Y no soy así. Todo lo que me hicieron fue una falta de respeto. Salieron diciendo que las negociaciones estaban rotas y a los diez minutos ya tenían fichado a Miguel Ángel Lotina, al que por cierto le deseo toda la suerte del mundo. Fíjese en una cosa. ¿Cuántos preparadores físicos pedí?

Dos.

¿Y cuántos hay ahora?

Dos.

¿Entonces? Sólo quería reforzar el equipo técnico. Con Jean Louis Gasset y con Feliciano di Blasi formábamos un grupo campeón, ¿qué mejor que perfeccionarlo? Además, con lo que tenía en la cabeza podríamos haber traído a jugadores muy interesantes.

¿Ulrich Ramé? ¿Lionel Letizi? ¿Mustafa Hadji?

Por ejemplo. El caso más claro es el de Hadji. En el mes de enero nadie se acordaba de él. Con todo el follón que había en la secretaría técnica lo tuve que fichar yo.

Hablando de la secretaría técnica. ¿Se puede saber lo que pasa en ese área?

-Buah! Si yo le explicara.

Para eso estoy hablando con usted.

Cuando llegamos en el mes de noviembre, el jefe de esa sección era Miquel Corominas. Cristóbal llegó conmigo de Francia, dispuesto a ayudarme en todo lo que hiciera falta.

¿Y qué pasó?

Pues imagínese, de todo. Corominas, cansado de lo que ocurría, se fue fastidiado y él, Cristóbal, consiguió todo lo que quiso. Esa fue la clave.

¿Se enfrentó con alguien más del club?

No me enfrenté con nadie, eso que quede claro. Con la gente del club mi relación era buenísima. Veía a la gente que trabajaba en las oficinas y que sufrían muchísimo. Te fijabas en sus caras y al final todos nos sentimos muy orgullosos de conseguir la permanencia.

Volviendo a Cristóbal, ¿se sintió traicionado por él?

Me lo llevé al PSG con 34 años. Luché para que le hicieran un buen contrato. Siempre di la cara para que fuera feliz en París. Por ese motivo, quise que viniera conmigo a Barcelona.. Lo consideraba un gran profesional y mejor persona. Luego, después de lo que pasó con Corominas, creyó que su puesto estaba en la secretaría técnica y se posicionó muy bien. La relación entre ellos dos no era nada buena.

¿Le tiene rencor?

No. El tiempo le pondrá en su lugar. Ya se lo encontrará.

¿Qué me dice del presidente?

Sigue, ¿no?

Eso parece.

Creo que es una persona excepcional, pero está rodeado de gente muy interesada que le quiere sacar todo.

¿Lo dice por Josep Lluís Marcó?

Bueno. Tiene cierta responsabilidad.

¿La cumple?

A veces. Su relaciones son un poco complicadas.

¿Por qué lo dice?

Antes lo comentábamos. Hicimos un trabajo excepcional y merecíamos renovar. ¿Qué necesidad tenía de filtrar cosas falsas? ¿No podíamos habernos sentado y hablar con calma? Si yo pido, él estaba para restar, pero sin mentir. Yo sé muchas cosas de él y del club, pero me las he guardado para mí. Es como un secreto, que nunca nadie conseguirá que explique.

¿Y Lotina?

Como le dije antes, me parece una persona sensacional. Cuando yo estaba en Bilbao, él entrenaba a Osasuna. Me parece que es muy profesional y que siempre lo ha hecho muy bien.

¿Sabrá llevar bien el vestuario?

Sí. No tendrá problemas. Es un grupo de gente muy sencilla. Gracias a la unión se consiguieron hacer cosas imposibles.

Hablemos de jugadores.

Muy bien.

Dicen que Iván de la Peña esperó a saber dónde iba para decidirse por el Espanyol.

No tengo ni idea de eso.

Le dio buen resultado a usted.

Hizo una temporada excepcional. Volvió a ser el De la Peña del Barça, el que todo el mundo conocía. No era sencillo, la pasada temporada, hacer trece asistencias. Y él lo consiguió. Ha hecho lo mejor renovando por el Espanyol, ya que si está motivado lo puede llegar a bordar.

¿Qué me dice de la supuesta oferta del Mónaco por Raúl Tamudo?

Podría ser interesante para él, aunque desde mi modesta opinión lo mejor para él que siga en Montjuïc. Aquí la gente lo adora y debe seguir siendo el buque insignia del Espanyol.

Lotina decía que debe cortarse de raíz cualquier intento de culebrón.

Desde fuera se ve así. Cada verano es la misma canción. Estoy de acuerdo con el entrenador.

Una curiosidad. ¿Cómo se ve el Espanyol desde fuera?

Algo desorganizado.

¿Por?

Este es un club centenario. ¿Recuerdas el último partido de Liga ante el Murcia?

Claro.

Pues eso es el Espanyol. Algo que la gente quiere y ama. Sufrieron, pero nos ayudaron en todo momento.

-¿Entonces?

Parece que se han vuelto a equivocar en la línea a seguir. No han sabido tomar el buen camino y eso es una lástima.

¿Siguió la Eurocopa?

Sí, estuve allí comentando partidos para la televisión francesa.

¿Le gustó?

Bueno, la gente dice que ganó un equipo defensivo, pero lo hizo el que más orden y control supo imponer.

¿Y el calendario de Liga? ¿Lo ha estudiado?

Sí, el Espanyol recibirá en casa en los primeros partidos de Liga a los grandes.

¿Y?

Mejor.

¿Por?

Porque cuando cogen la buena racha son casi imparables. En septiembre podrían estar un poco despistados.