Es el derby de La Plata, pero bien podría denominarse el derby de Oro. El Argentina-Uruguay que se disputó la pasada madrugada es mucho más que el plato fuerte de la primera fase de la Copa América. Es historia viva del fútbol mundial. El clásico entre selecciones nacionales que más veces se ha jugado, 172. Y sólo superado en antigüedad por el Inglaterra-Escocia, cuyo arranque hay que datarlo el 30 de noviembre de 1872.

La semilla de los Argentina-Uruguay fue el partido que el Buenos Aires Team y el Montevideo Team jugaron el 15 de mayo de 1889 (3-0). Los ingleses emigrados al Río de La Plata organizaron dicho encuentro para celebrar los 70 años de la reina Victoria. Nació entonces una rivalidad que deparó el primer Argentina-Uruguay el 16 de mayo de 1901 (la FIFA se creó en 1904) en la cancha del club Albion, en Paso del Molino, Montevideo. Llegó así el primer triunfo de Argentina (3-2), que sale vencedora en el mano a mano histórico con los charrúas. Ambas selecciones se enfrentaron en una final de unos Juegos Olímpicos (Amsterdam-28, donde venció Uruguay por 2-1) y en la de un Mundial, el de 1930, donde los uruguayos hicieron valer su condición de anfitriones (4-2).

Uruguay, de azulgrana. Sus partidos son santo y seña de una rivalidad que con el paso del tiempo ha deparado unas tablas de aúpa, con dos Mundiales y 14 Copas América en las vitrinas de cada una de las dos selecciones. Y anécdotas miles, como que el máximo goleador de un clásico, el argentino Maximiliano Susan (en el 4-0 de 1913, igualado luego por el uruguayo Cherro en 1933), marcara sus cuatro tantos en un partido arbitrado por su hermano, José Susan. O que Uruguay disputara los primeros clásicos de azulgrana. El celeste no llegó hasta 1910. Y fue a partir de ahí cuando su fútbol vio el cielo.