Para los internacionales checos, la Eurocopa va a ser mucho más que un escaparate. Va a ser un trampolín al mejor fútbol europeo, convertido a estas horas en un gran bazar en el que lo checo cotiza alto. No es hora de regateos. Quién más dé, más se llevará. Y hay donde llevarse. Rosicky lidera el ramillete de cracks checos que pueden salir revalorizados una vez que el torneo eche el cierre. Le siguen Baros, Bolf, Jankulovski, Ujfalusi o Heinz.

A dos días del duelo semifinalista contra Grecia, Rosicky reconocía que sus horas en Dortmund pueden estar contadas y que la Juventus le hace tilín. Antes de incorporarme a la selección ya pedí al Borussia que me traspasara. Cuando vuelva, hablaré con mi agente y veremos qué es lo que pasa, comentaba el 10 checo. Sabe que, a sus 23 años, vive un momento idóneo para dar el salto a un grande del fútbol europeo. Y no juega al ratón y al gato: Me gustaría probar en el fútbol italiano. Y, más que en el Inter o en el Milán, estoy pensando en la Juventus.

Allí podría coincidir con otra de las perlas en la Eurocopa, el zurdo Jankulovski, quien baraja dejar el Udinese y conformar en la Vecchia Signora una banda made in Chequia junto a Nedved. Mientras ellos deshojan la margarita, varios clubes europeos aguardan impacientes a sus fichajes checos como el Chelsea, donde aterriza Cech procedente del Rennes; el Auxerre, donde debutará el ex del Banik Ostrava Bolf; o el Bochum, nuevo hogar del ex del Kaiserslautern Lokvenc. ¿Y Heinz? El hombre que mató a Kahn con su magistral falta puede tener los días contados en el Banik Ostrava. Sería la última gran exportación de una Chequia que es favorita en las apuestas de la casa Wiliam Hill para llevarse el título: se paga 11 a 8, por delante de Portugal (11 a 5), Holanda (5 a 2) y Grecia (10 a 1). Baros también es el que más se paga como pichichi (3 a 1) por delante de Van Nistelrooy (5 a 2). Lo checo está de moda. El Skoda, ¿mejor coche del año? Puede ser.