Los dirigentes del Mónaco, flamante finalista de la Liga de Campeones, trabajan intensamente para que sigan en el equipo el delantero español Fernando Morientes y el entrenador, Didier Deschamps.

Conservar al primero parece lo más complicado, puesto que el jugador, que pertenece al Real Madrid, parece entrar en operaciones más complicadas y podría terminar jugando en la liga italiana.

El patrocinador del Mónaco, el fondo de inversiones ruso Fedcom Invest, está empeñado en que el jugador siga en el Mónaco y ha anunciado que está dispuesto a poner una importante cantidad de dinero sobre la mesa del club blanco.

Pero desde Madrid parece que se prefiere aprovechar el nuevo prestigio logrado por Morientes para utilizarlo como moneda de cambio en operaciones para reforzar la plantilla.

Lo que cada vez está más claro es que Morientes no volverá al Real Madrid y que en el Principado ha encontrado un equilibrio y una felicidad que se traduce en rendimiento en el campo, donde se perfila como máximo goleador de la Liga de Campeones.

La renovación de Deschamps, más sencilla

El asunto de Deschamps parece más sencillo y el presidente del Mónaco, Pierre Svara, anunció que ha ofrecido la continuidad al entrenador, que puede elegir entre prolongar un año más o firmar un contrato de tres temporadas.

El técnico ha sido tentado desde diversos clubes, entre ellos la Juventus de Turín, donde militó durante varios años como jugador, pero Deschamps no parece ver con malos ojos su continuidad en el equipo monegasco.

Su permanencia va a depender, en gran medida, de si el

Mónaco tiene opciones de reforzar el equipo al que las autoridades deportivas francesas prohibieron fichar a causa de su elevada deuda.

Los dirigentes monegascos están confiados de que la entrada en el capital del club de nuevos inversores, unida a la nueva notoriedad adquirida por el finalista de la Liga de Campeones, contribuyan a que se levante este veto y el equipo pueda reforzarse de cara a la próxima temporada.