Un impresionante Beckham deja al Madrid primero de grupo

El día de Zidane se lo quedó Beckham. En un cómodo partido para el Real Madrid, el inglés entró en la historia del club al marcar el gol 600 en la Copa de Europa y comandó a sus compañeros cuando, tras el empate de Mido, las cosas se pusieron algo oscuras. Cuando quiso y lo necesitó, el cuadro de Queiroz no sufrió mucho frente a un rival, el francés, alejado de sus mejores épocas.

No tardó tiempo en mostrar el Olympique sus cartas actuales. Un ambiente infernal en un Velodrome repleto (no se libró de la bronca ni Zidane) y dos delanteros con hambre de goles y gloria. A los cinco minutos Drogba ya se había colado entre los centrales para cruzar ante Casillas un balón que se fue fuera. Dos después, a Mido se le fue alto una pelota que amenazaba con apurar aún más al Madrid.

El último cartucho ante su inferioridad fue la de la dureza, excesiva sobre las estrellas blancas. Brusquedad destinada a acabar con la actitud del Madrid. Queiroz no hizo rotaciones, pero sus jugadores tiraron de inventario. El Madrid, apoyado en Cambiasso, Beckham y Zidane, tocó y tocó hasta aburrir, con Ronaldo de isla resolutiva.

Del brasileño partió el particular homenaje de Beckham a su amigo Wilkinson. Ronaldo ya había intentado provocar faltas al borde del área y a la tercera llegó la buena. Colocó el inglés la pelota a dos metros de la media luna del área, se perfiló, como hace una semana lo hiciera el medio apertura en el Mundial de Rugby frente a Australia, y ejecutó un drop dorado a la escuadra de Runje.

Beckham, espléndido

Apuró aún más su suerte el Olympique, pese a que las noticias que le llegaban de Portugal le dejaban fuera de octavos. Y apuró el Madrid, que vivió otra vez sobre el alambre mientras mantuvo su ventaja. Un 0-1 que se encargó de desactivar el coraje marsellés y la cabeza de Mido, que remató a placer desde el área pequeña un pase medido de Vachousek.

Fue entonces, cuando el Madrid lo necesitó, cuando los de Queiroz se fueron adelante. Y entre tanto homenaje a Zidane, emergió la impresionante figura de David Beckham. El inglés le hizo la cobertura a Salgado y desde atrás inició la jugada de la victoria. En cuatro pases (Figo, Raúl, Zidane y Ronaldo), le llegó el balón al brasileño para finquitar definitivamente la cuestión.

Partido de la quinta jornada de la primera fase de la Liga de Campeones disputado en el estadio Velodrome de Marsella. Lleno.