Raúl volvió a entrenar en solitario

Selección | España-Irlanda Norte

Raúl volvió a entrenar en solitario

Raúl volvió a entrenar en solitario

Raúl González, delantero del Real Madrid, sigue su plan específico para recuperarse de la sobrecarga que sufre en el muslo izquierdo y estar a disposición de Iñaki Sáez contra Irlanda del Norte el sábado, y esta tarde se entrenó en solitario en la Ciudad Deportiva del Albacete.

Raúl es, por ahora, la única duda que tiene el seleccionador nacional, aunque se prevé que el viernes pueda entrenarse en el Carlos Belmonte con el resto de compañeros.

En la tarde del jueves, pese a la lluvia, el viento y el intenso frío, se acercó a la Ciudad Deportiva albaceteña junto a Genaro Borrás, Manuel Delgado Meco y Miguel Gutiérrez, traumatólogo, preparador físico y fisioterapeuta de la selección, así como con Juan Carlos Hernández y Pedro Chueca, médico y recuperador del Real Madrid, que se han trasladado a la ciudad manchega para seguir las evoluciones del madrileño.

Raúl trabajó por espacio de una hora y, según comentó Borrás, tiene mejores sensaciones que el pasado martes cuando salió a jugar los 47 minutos restantes del partido Betis-Real Madrid, en el que consiguió el gol que significó el 1-1 definitivo.

Borrás se mostró relativamente optimista por esas mejores sensaciones, porque Raúl había completado una sesión más exigente que la de la víspera en principio de manera más positiva y porque aún quedan 48 horas para la disputa del partido clasificatorio para la Eurocopa 2004.

Acto con los niños

El delantero madridista, quien no tocó balón durante el entrenamiento porque no se consideró necesario, no quiso defraudar a la afición albaceteña y, en vez de regresar al Parador -alojamiento de la selección- tras la sesión, se desplazó rápidamente al Pabellón Municipal de Deportes para unirse al resto del equipo nacional, que tuvo el tradicional acto con los niños de la ciudad donde juega España.

Su llegada, largamente esperada por las cerca de 2.000 personas que llenaron el recinto, fue aclamada por los niños y los padres, quienes durante más de una hora pudieron ver de cerca a Iñaki Sáez y sus pupilos.

El también madridista Fernando Morientes, un hombre 'de la casa', fue el más aclamado en todo momento, aunque el joven bético Joaquín Sánchez recibió especiales muestras de cariño y apoyo.

Como es tradicional en estos actos que organiza la RFEF, hubo anécdotas de todo tipo y momentos especiales, como las que protagonizaron dos jóvenes seguidoras cuyo objetivo al subir al estrado era conseguir un beso del madrileño José María Gutiérrez, "Guti".

Caras de asombro, de ilusión y de alegría, e incluso alguna lágrima, recorrieron el estrado donde se situaron los internacionales españoles, quienes entregaron a los niños las pertinentes postales y camisetas, firmaron autógrafos y hasta se hicieron algunas fotografías.