El lanzamiento de objetos desde la grada a mitad de la segunda parte hizo que la policía entrase en la grada por el lugar donde habitualmente se sitúan los aficionados radicales del Valencia, un acto que produjo el enfrentamiento entre ambos grupos.

Policías y aficionados intercambiaron golpes y cargas en las gradas mientras los jugadores continuaban con el juego. Terminado este primer enfrentamiento algunos aficionados abandonaron las gradas de Mestalla y los incidentes continuaron en los aledaños del estadio.

Estos aficionados lanzaron botellas, botes sillas y adoquines a la policía y a sus coches y llegaron a cruzar varios contenedores en la calle Micer Mascó para tratar de montar una barricada, un acto que los agentes lograron evitar pero que obligó a los bares de la zona a recoger sus terrazas.