No hay mejor termómetro para calibrar la trascendencia de un encuentro del Zaragoza que el comportamiento de Luis Costa. Si el técnico se muestra hermético y juega al despiste, el partido es grande. Ayer, sin ir más lejos, programó un entrenamiento a puerta cerrada y, lejos de organizar una sesión táctica para preparar la visita del Valencia, ordenó a sus jugadores alguna carrerita y muchos estiramientos. O sea, lo típico de cada viernes, pero sin luz y taquígrafos. Y eso que tiene la alineación decidida.

Después, en la rueda de prensa, destacó el buen estado anímico de su plantilla: "Están todos bien, sin problemas, guapos, esbeltos y optimistas. Trabajan bien y, a pesar de perder en La Coruña, son conscientes de que se hicieron bien las cosas. La motivación para jugar ante el líder es muy importante. De todas formas, si me dieran a elegir, preferiría jugar los diez últimos encuentros contra los de abajo. Eso de que los grandes no te dejan jugar es un cuento. Lo que sucede es que la motivación cuando te mides a un equipo teóricamente superior, hace que rindas a un porcentaje alto".

Costa no escatimó elogios hacia el líder: "El Valencia es el equipo más difícil de España. Mantiene una regularidad y está ahí arriba por méritos propios". El entrenador añadió que su rival ha reunido una plantilla muy sólida. "Tienen jugadores de mucha calidad, que juegan entre líneas y son más difíciles de marcar". En cuanto al incidente entre Paco y Juanele, aseguró que "en realidad no pasó nada. Ambos son los mejores amigos del mundo".