Piqué siempre ha sido ejemplar en la Selección española

Espero que Piqué se lo piense mejor, como ha hecho Messi. Pero, como en el caso de este, entiendo su desfallecimiento. En torno a su figura se ha creado un mal equívoco: ha sido muy combativo contra el Madrid, ha adoptado posturas radicales en sus declaraciones casi sin precedentes, pero en cuanto a la Selección siempre ha sido ejemplar. Como hay madridistas en todas partes, empezó a ser pitado en partidos de La Roja, en una triste moda que empezaba a remitir. Muchos confundieron, de forma casual o intencionada, la motivación de esos gritos dándoles un cariz político y viscoso.

Piqué se ha esforzado en declaraciones específicas en separar ambas cuestiones, cosa de agradecer. Aunque algunas de sus arremetidas contra el Madrid me han parecido excesivas, toda cuestión de rivalidad futbolística se hace inocente y abarcable. Otra cosa es el conflicto que malsobrellevamos desde hace tanto tiempo sobre la identidad catalana. Pero por ahí no ha ido nunca. Piqué ha jugado en la Selección sin tacha, como tantos otros jugadores de su club, ahora y siempre. Hay más aportación de barcelonistas a la Selección a lo largo de la historia que de ningún otro club, conviene no olvidarlo.

Ahora, el mal interpretado incidente de las mangas recortadas ha acabado por abatirle, como una última gota que colma el vaso. Otros antes han anunciado su intención de no ser llamados a la Selección tras una larga trayectoria, no es novedad. Pero sí sería el primero que lo hiciera por el ‘conflicto catalán’, lo que sería funesto en este tiempo histórico. Por eso deseo que cambie de idea. Por eso le ofrezco desde aquí disculpas por la ligereza con la que durante veinte minutos este periódico se hizo eco, en la versión digital, de la agitación de las redes sociales, ese barullo inextricable del que poco bueno sale.