Raúl: rivalidad desde el respeto mutuo

Raúl comenta en una entrevista en ‘Vanity Fair’ que cada vez que el Barça ha ganado una Champions se ha alegrado. A muchos les choca, arrastrados por los ánimos turbulentos que mueven a nuestra sociedad y que son tan perceptibles en el fútbol. A mí me parece muy saludable que diga eso, además de que me consta que lo dice con sinceridad. Le toca más el Barça que cualquier otro equipo europeo, salvo acaso el Schalke, que no está en tan altas lides. Ha compartido concentraciones en la Selección con Puyol, Xavi y varios otros. Siente al Barça como algo próximo. Como sentirá al Atlético.

“He paseado mil veces por Barcelona con Mamen y la gente nos trata maravillosamente”, comenta, y sin duda es así. Hace año y poco estuvo Puyol en la Gala de AS, donde recibió el premio por su trayectoria, y me habló de Raúl con un respeto imponente. El mismo con el que siempre habló Guardiola. El mismo con el que alguna ocasión le he oído a Raúl hablar de ellos. Sirva esto para comentar que el fútbol provoca una rivalidad en corto e inmediata, que encuentro estimulante, divertida y hasta saludable, en la que cada cual quiere ganar al otro. Pero todo ello sobre una línea de concordia y reconocimiento.

Un día Raúl hizo un gesto de silencio en el Camp Nou tras marcar un gol. Tiempo después declaró que no lo repetiría. Me gustó eso, como me ha gustado siempre la forma de vivir esta fiera rivalidad de los Puyol, Casillas, Iniesta, Xavi y Sergio Ramos, o antes los Asensi, Velázquez, Rexach o Pirri. Del mismo modo que me sobró Mourinho, o me sobran ahora unos pocos que no es el caso citar porque están ahí y sería agitar las aguas turbias. El fútbol es bonito, la rivalidad Madrid-Barça es de lo mejor que nos ha ofrecido, y es tanto mejor cuanto más respeto haya. El respeto llama al respeto.