Sergio Ramos complicó lo de De Gea

Las dudas de Florentino, el pique de Sergio Ramos, la cabezonería de Van Gaal y el aire sereno de Casilla están convirtiendo a De Gea en una especie de muñeco de pim-pam-pum de la pretemporada. Hace unas cuantas semanas se daba por descontado que iría al Madrid. Él lo quería, el Madrid le quería y existía el consenso general de que le cuadraba el papel de sucesor de Casillas, lo mismo en el Madrid que en La Roja. Además, le queda sólo un año en el Manchester United, de manera que lo normal era que el club inglés se aviniese al traspaso por una cantidad discretamente honorable.

Pero todo se ha enredado. Sergio Ramos coqueteó con el United y Van Gaal aprovechó para mezclar los dos temas, cosa que Florentino nunca se planteó aceptar. En realidad, nunca se creyó que Sergio Ramos pensase seriamente en marcharse. Entre tanto, Keylor Navas hizo saber que si venía De Gea no quería verse de suplente y prefería salir. Así que el Madrid, entre esto último y que lo de De Gea se retrasaba, fichó a Casilla, buen portero y que tenía a mano por poco precio, dadas las condiciones en que lo vendió al Espanyol. Así tendría dos. De Gea y Casilla o Keylor y Casilla.

Y las últimas semanas han sido malas para De Gea. Primero no jugó, luego jugó muy mal. Cuando Casilla ha aparecido, ha estado bien. Y Keylor sigue ahí. Lo de Sergio Ramos al United se esfuma, así que De Gea ya no tiene valor de rehén para Van Gaal, que de repente se ha hartado de él. Pero el United no quiere regalarlo y sentirse otra vez derrotado por el Madrid, que ya se le llevó a Beckham y a Cristiano. Aún cabría el arreglo de una especie de trueque entre Keylor Navas (al que Van Gaal quiso hace un año) y De Gea, pero quién sabe. Todo se ha convertido en un laberinto imprevisto para De Gea.