No, muchachos, Jimmy no está vivo

‘Jimmy Vive’, rezaba una pancarta colocada por los Riazor Blues el sábado. Pero no, Jimmy no vive. Desgraciadamente para sus deudos, ya no está entre nosotros. Murió víctima del insensato impulso que le hizo viajar a Madrid, con muchos otros, citado para una pelea. Murió víctima de la vesania de unos tan insensatos como él, que ganaron la partida, se cebaron y ahora están en la cárcel. Jimmy no vive, lo saben los que hicieron y colgaron la pancarta. Con el ‘Jimmy Vive’ reivindican la supervivencia de todo aquello que le llevó a morir, a otros a la cárcel y a ellos a la humillación y el descrédito.

No, Jimmy no vive y lo ideal sería que esos de la pancarta, y los otros y los de más allá, entiendan que ya no vive porque así no se puede vivir. Pretender que aquello dure es un disparate. Sigue siendo tarea de todos acabar con eso, convencer a los empecinados de que hemos entrado en otro tiempo. Escuchar cómo en tantos campos gritan contra Tebas porque le consideran instigador de la persecución del insulto da qué pensar. Ver cómo aún hay clubes que no aprietan solidariamente con el resto en este asunto me irrita. Ver hasta qué punto la Policía vuelve a relajarse me causa preocupación.

Al Manzanares acudieron ultrasur de antaño, los que en provecho de Florentino insultaban a la prensa y jaleaban a Mourinho. Cuando se volvieron contra él les apartó. El otro día consiguieron entradas por vías ajenas al Madrid (¿internet? ¿amiguetes bárbaros de la otra acera?) y cuando se presentaron en el campo la Policía decidió no dejarles entrar por la puerta que les correspondía y enviarles con el grueso de madridistas, a los que importunaron. Se rozó la pelea. Jimmy no vive ni se le puede resucitar, pero quedan unos nostálgicos de lo ultra a los que hay que vigilar mejor.