De Cristiano y Messi a Villar y Padrón

L’Equipe se hacía eco ayer del espléndido duelo que estamos viviendo entre Cristiano y Messi, tema recurrente en esta columna. Su pulso prestigia nuestro campeonato y enriquece la eterna rivalidad del Madrid y el Barcelona. Ayer mismo hablaba yo de esto con Juan Cruz: Madrid y Barça juegan entre sí unas pocas veces al año, pero en cierto modo juegan cada fin de semana (y hasta entre semana) en las proezas comparadas de sus respectivos adalides. Vivimos un suceso extraordinario y está muy bien traída esa portada de L’Equipe, ‘la biblia del deporte’ en el argot de los que nos dedicamos a esto.

Pero también hay sombras en nuestro fútbol. Esta semana ha estallado con fuerza la tensión soterrada que se venía incubando entre Miguel Cardenal y Ángel Villar, decidido a cortar cualquier lazo con la administración. Me malicio que Villar está gravemente celoso por la buena relación de Cardenal con su más acendrado enemigo, Javier Tebas, presidente de la LFP. De ahí su reacción de obcecado despecho contra un hombre que, aparte de representar ante él al Estado, fue miembro del Comité de Competición de la Federación Española y con el que siempre tuvo buenas relaciones.

Le puede costar caro, porque no tiene la casa tan en orden como para permitirse ciertas cosas, ni tampoco ya una selección triunfadora que le pueda proteger de todo. El reparto de dinero para campos en las territoriales, que publicó este periódico, tiene mucho que explicar. Refleja como nada hasta qué punto la Federación de Villar está cargada de las peores mañas de la política fea. Y siempre con el vicepresidente Juan Padrón como personaje oscuro al fondo del cuadro, manejando tanto la caja como la voluntad de Villar. Es la otra cara de nuestro fútbol. La buena es la que muestra la portada de L’Equipe.