El Madrid visita el milagro de Eibar

Estuve repasando y no me sale ninguna localidad con equipo en Primera más pequeña que Eibar desde los años ya lejanísimos del Arenas de Guecho, en aquellas primeras ligas de antes de la guerra. El profesionalismo hundió al viejo Arenas Club en las categorías modestas, en las que pasea su dignidad. Ahora tenemos al Eibar, pequeño y hermoso milagro. La Muy Ejemplar ciudad de Eibar, de la que dice la copla: “En euskaro rincón escondido hay un pueblo, olvidado tal vez, donde impera por ley el trabajo, que es orgullo sin ser altivez”. Eibar: 27.000 habitantes y equipo en Primera.

¡Tantas veces he visto su campo ahí abajo, desde la autopista que enlaza San Sebastián y Bilbao! Siempre me pareció de mérito que se sostuviera con bastante regularidad en Segunda. En todas partes se le miraba con simpatía. Pero resulta que tras bajar a Segunda B se nos ha plantado en dos temporadas en Primera y ahora es el décimo de la tabla, lo que le convierte en el mejor clasificado del País Vasco a estas alturas de la Liga. Y no es equipo de patada para arriba sobre el barrizal como tendemos a imaginarlo. Es un equipo que juega por abajo, busca los puntos desde el orden y el balón.

Hoy recibe al Madrid, así que es fiesta mayor. Los ingresos de Cristiano dan para pagar largamente un año de actividad del club que mal llamamos armero, porque lo que se fabrica ahora allí son sobre todo bicicletas. El de hoy será el partido más desequilibrado que se haya producido nunca en nuestra Liga, pero no lo demos por decidido. El fútbol tiene a veces guiños que premian a los valientes. Gaizka Garitano, el sabio sencillo que está detrás de este milagro, mira el partido a la cara: “Vamos a jugar de frente”. Será bonito. Una tremenda desproporción de medios, pero, ahí abajo, once contra once.