El Madrid hizo un partido digno de Anfield

Gloriosa noche europea del Madrid en Anfield. Inmejorable por todos los conceptos. Paró la salida imperiosa del Liverpool, templó pronto, mandó después. Sin Bale, con un 4-4-2 que le permite recogerse mejor, con orden, interés en el juego, el buen pie que tienen todos ellos y tres goles en el primer tiempo, uno de Cristiano y dos de Benzema, espléndido. Casi fue una pena que al Madrid le sobrara medio partido. Lo jugó bien, pero sin la pasión de la primera parte. Tan relajado estuvo el Madrid en ese tramo que Cristiano dejó escapar dos goles claros, sobre todo el segundo de ellos.

Anfield puso un precioso telón de fondo al partido. Desde el cántico colectivo inicial del ‘You’ll never walk alone’ hasta los aplausos de despedida a todos, pasando por la ovación del Kop a Casillas al ponerse bajo la portería o a Cristiano y Marcelo cuando se retiraron sustituidos. Inglaterra aún es el santuario de los grandes valores de este deporte, particularmente Anfield, pero no sólo Anfield. Una pasada por allí nos cura en parte de tanto chismorreo chinchoso en que nos enredamos aquí con frecuencia. El fútbol es siempre muy bonito, pero es más bonito si se mira con ese respeto.

También fue feliz la noche para el Atlético, que lo pasó mal en la primera parte, en la que no encontraba la manera de doblegar al Malmoe, pero que luego se dio un festín. Arda Turan abrió el camino, Koke entusiasmó otra vez, Mandzukic se gana el corazón de la gente en cada partido, Griezmann y Cerci marcaron goles que les vendrán muy bien. La derrota en Atenas va quedando lejos. El Atlético ha reemprendido el camino y se le va poniendo cara de clasificado. En fin, noche feliz para los dos madrileños, rematada con un golpe simpático de Ancelotti: “Cambié a Cristiano sin preguntarle”.