El plan Simeone y el trivote de Ancelotti

La pregunta estos días era si James o Di María, y al final resultó que primero ninguno y después los dos. Ancelotti formó la media con Kroos, Xabi Alonso y Modric, un poco a lo ‘trivote’ de Irureta, y no le resultó. Simeone, con su acumulación de centrocampistas, les desconectó de los tres delanteros. El primer tiempo del Madrid fue muy malo. A Simeone le resultó el plan: ningún peligro por atrás, ni un solo contraataque peligroso del Madrid y, a cambio, un par de ocasiones, en sendos despistes de la defensa blanca. Mandzukic y Saúl remataron sin demasiado veneno y Casillas no tuvo dificultad en detener.

En la segunda mitad, sorpresa, no salió Cristiano. Se informó de alguna pequeña molestia. Raro es que se deje retirar por una pequeña molestia de un partido así. Pero el caso es que no salió y en su lugar lo hizo James, que se situó demasiado arriba, para mi gusto. Más delantero que armador, y visiblemente con el gol entre ceja y ceja. Más cambió el Madrid cuando entró Di María, al que el Bernabéu acogió con ovación. Fue a partir de entonces cuando esa capacidad suya para romper las líneas, más la fatiga del Atlético, empezó a producir algunos desajustes en el entramado defensivo rojiblanco.

También Simeone hizo cambios. Entraron Griezmann y Raúl Jiménez, con la mirada puesta en que el alboroto del partido permitiera alguna llegada veloz. Con eso asistimos al menos a un final del partido progresivamente más animado. Sólo eso, animado, no digamos bueno. James tuvo la suerte de cazar el gol, en una jugada trompicada que arrancó en la clarividencia de Kroos (magnífico otra vez), lo que le dará una serenidad que necesita. El Atlético replicó con un gol de Raúl García, a la salida de un córner pésimamente defendido. Todo queda para el Calderón. Una cosa está clara: el Atlético no es el Sevilla.