Ancelotti pide ilusión y Martino centrales

Ancelotti pide ilusión, concentración y motivación, y Martino, si pudiera, lo que pediría es defensas centrales. En la plantilla hay tres, se supone, Piqué, Puyol y Bartra, más un centrocampista adaptado a estas funciones, Mascherano, y sólo está disponible este. Lo de ‘tres, se supone’, lo digo porque, sin ánimo de ofender, me parecen uno y dos mitades. Piqué es un centralazo, un jugador de tronío. Puyol es un héroe que merece una calle en Barcelona, pero tiene más cornadas que un torero tremendista y muchos años. Y en Bartra no han creído seriamente ni Tito ni Roura ni Tata. Tiene que ser por algo.

Es asombroso que se haya llegado a esta situación, porque se veía venir. Los años y las lesiones de Puyol eran evidentes, y si Bartra no convence o se le ve aún tierno, ¿por qué no hacer la fuerte inversión en esa zona? El Barça volcó su entusiasmo en Neymar, en una estrategia un tanto ‘florentiniana’. Fichaje de relumbrón, no de necesidad. La excusa en el club es que Tito quería a Thiago Silva o ninguno y que Thiago Silva no fue posible. ¿No lo habría sido por lo que ha costado realmente Neymar? Cuando llegó Martino, dijo que el fichaje era Puyol. Quedó bonito escucharlo, pero no era realista.

Ahora, como el fútbol es así de juguetón, están lesionados los tres. En realidad, el problema es Piqué. Con él ahí atrás, todo es otra cosa. A su lado estaría Mascherano, solución provisional en su día, elevada a definitiva con el tiempo por las constantes bajas de Puyol y la poca fe que inspira Bartra. Sin Piqué, la cosa se queda en Mascherano y Adriano, porque ya ni siquiera está Abidal, que también zurcía a veces esa zona. ¿Y Song? Nadie confía en esa solución. En fin, los duendes del fútbol castigan la desidia del departamento técnico y dejan al Barça convertido en un gigante con los pies de barro.