Raúl: el Madrid de siempre

Raúl: el Madrid de siempre

He visto muchos homenajes a jugadores del Real Madrid. El primero, el de Zárraga, contra el Manchester United. Luego, el primero de los de Gento, que llegó a tener tres, el de Di Stéfano contra el Celtic, flamante campeón de Europa, los de Puskas, Santamaría, Zoco, Amancio, Velázquez, Pirri, Grosso, Camacho, Juanito, Butragueño, Hugo Sánchez... ¡Tantos! Todos ellos preparados y presentados por el club con más interés y cariño que este a Raúl, sobrevenido como a la fuerza, tras los dos que ya le había ofrecido el Schalke. Bueno, pues en ninguno de los anteriores homenajes vi algo así.

Fue una gran noche, la que el club les debía a la afición y a Raúl y que, aunque concedida tarde y a desgana, se disfrutó con pasión. Campo lleno, gente feliz, un Raúl imponente en su juego y en sus gestos. Con su gol número 359 para el Madrid, en la mitad de partido que jugó con los suyos. Con sus gestos hacia Casillas y hacia Cristiano, al que entregó el ‘siete’, la camiseta de ese último día suyo en el Bernabéu, testimonio de respeto y admiración de un grande a otro grande. Grandeza es la palabra que mejor le encaja a esa noche que engrandeció al fútbol, que en días así lava sus muchas mezquindades.

Supongo que Florentino habrá aprendido algo de esto. Supongo. El fútbol no es un espacio de ‘marketing’, aunque necesite del ‘marketing’. El Madrid no es un palco gigante en el que cultivar influencias. El fútbol y el Madrid son lo que se vio anoche, la gente, Raúl, un abrazo feliz e ilusionado con los recuerdos compartidos. Todo lo que representa Raúl es lo que el madridista desea, y no otra cosa. Él se fue, como se fueron antes todos esos que cité al principio. Es inevitable. Lo que hay que evitar es que se nos vaya el Madrid, el Madrid que quiere la gente. El Madrid de los madridistas. El Madrid de Raúl.