El Málaga en busca de la hazaña y el show de los récords del Bayern

El Málaga en busca de la hazaña y el show de los récords del Bayern

Estamos preparados. Lo dicen los jugadores del Málaga, mensaje de confianza a una afición en guardia. 30.000 cartulinas blancas y azules, 30.000 almas, 30.000 gargantas y un deseo: remontar. El mito, Viberti y el presente, Isco, inspiran el tifo. Llegó la primera derrota, para que llegue la primera remontada, en la primera experiencia Champions y la primera vez en cuartos a la vista. Si en La Rosaleda cayeron Milán y Zenit, ¿por qué no el Oporto?

Su sitio. Curioso, desde la marcha de Monreal la banda izquierda del Málaga habla portugués. Primero Eliseu, hoy lesionado. Ahora Antunes. Lateral zurdo de 25 años en el Freamunde, Paços Ferreira, Roma, Lecce, Leixoes, Livorno... que ha encontrado su sitio. Corte ofensivo, buen disparo. Nunca su rendimiento ha sido tan regular. Llegó como parche y se ha convertido en imprescindible para Pellegrini. Tras 6 partidos impecables estas noches no se falla. Después, compartirá vestuario con muchos de sus rivales. Paulo Bento, seleccionador portugués, ahora también quiere a Antunes.

Imprescindible. Otra cura inducida por la Champions. Moutinho recorta plazos y jugará su octavo partido. Acabó con la racha de ocho encuentros invictos del Málaga. La creación del centro del campo del Oporto tiene 26 años, ha marcado dos goles y, sin él, no serían lo mismo Jackson Martínez y James Rodríguez. Lo sabe Pereira. Es imprescindible para quien en 24 horas pasó de segundo de Villas-Boas, a entrenador titular. Recela porque su exjefe, desde el Tottenham, no deja de tentar a su centrocampista.

El sopor de Neuer. Busca el Bayern de Múnich hoy su victoria 150 en competición continental. Llevan 23 partidos invictos, han ganado los últimos once. Su portero llega a aburrirse. Manuel Neuer, ha reconocido que termina muchos partidos sin tener que pasar por la ducha. La Champions es el objetivo, no se ha perdido un minuto de esta temporada, así tenga que llevar un guante con cuatro dedos en la mano derecha. Índice y corazón ocupaban la misma cavidad, inmovilizados. Quiere al Schalke, su exequipo, en cuartos de final.

A la altura del tobillo. La maldición del tobillo, entre otras, persigue a Arsene Wenger. Lesionados Wilshere y Podolski para tratar de remontar en Múnich en la peor temporada del Arsenal desde que llegó en el 96. Cada mejoría, un espejismo. Y la ida de octavos de final en Londres un mal sueño. Son el equipo que menos tira a puerta de toda la Champions y el que suma más amarillas. Santi Cazorla de nuevo para tirar del carro. Es la única esperanza, la última esperanza.

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