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Cómo no te voy a querer

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Rumbo a la Décima. Las Copas de Europa se ganan en noches así, trabadas, con las luces medio apagadas y en las que se pone el viento en contra. El Madrid no necesitó su mejor versión para solventar el problema en tres minutos en los que floreció su talento y su fe infinita. Este es un equipo basado en el fanatismo y en la convicción. Y en Old Trafford se alimentan todas esas virtudes que hacen de este club una leyenda viva en Europa. Con 1-0 y aparentemente todo medio perdido creció el entusiasmo, la paciencia en la búsqueda del gol y la eficacia demoledora en la ejecución. Que no me hablen de la expulsión rigurosa que esa medicina ya la hemos probado aquí en el Bernabéu (¿recuerdan el penalti a Di María en la ida?). La clave estuvo en saber leer el partido en una media hora final eléctrica y plagada de razones para creer que la semilla de la Décima se sembró anoche en este santuario del fútbol mundial. Sufriendo se disfruta más del éxito. Queda claro que jugar con esta camiseta marca mucho. Tanto como para lograr que Modric nos recuerde a Anelka, que justificó los 5.500 kilos de su fichaje con dos goles decisivos ante el Bayern que abrieron la puerta de La Octava en 2000. El croata salió, levantó la cabeza, apartó su flequillo adolescente (tiene 27 años pero aparenta 17) y lanzó una bomba inteligente que dejó a De Gea buscando gamusinos en la noche cerrada de Manchester. ¡Qué chicharrazo por Dios! Este gol marcará un antes y un después. Ya lo verán...

Súper López. Un equipo campeón se fabrica desde el utillero al encargado de llevar el agua mineral, pasando por las estrellas, los starring y los actores secundarios. Y ahí emergió como un gigante la figura de Diego López, un porterazo modelado en la Fábrica de Valdebebas que ha sabido esperar su momento para regresar a la casa que ama desde que pisó por primera vez la hierba sagrada del Bernabéu. Sus intervenciones fueron espectaculares. El gallego de Paradela supo activar sus puños de acero y sus brazos de hombre de goma para evitar que el United llegase a creer en la remontada. Ya les avisó ayer AS que Diego López se matriculó en Old Trafford en un partido con el Villarreal. Iker, animando desde la grada, sabe que tiene un competidor de lujo y que la portería del mejor equipo del mundo está en muy buenas manos, digo guantes...

Sir Cristiano. Un caballero, un hombre honorable en el fondo y en la forma, que supo estar a la altura en una velada complicada para él. Jugar contra la gente que te cuidó, te formó y te hizo futbolista de élite no debe ser sencillo. Pero toreó con grandeza y supo respetar a su exafición con ese gol de la victoria que provocó el éxtasis entre la tropa vikinga. Y maravilloso el detalle de Modric, Özil y Khedira abrazando a Higuaín por su pedazo de pase al portugués en el 1-2. Esto es un vestuario unido. Egos fuera. Es una auténtica piña colada... por el Madrid.

Ojo al turco. El gran perjudicado de sus decisiones fue el Madrid. Permitió el 1-0 pese al fuera de juego de Van Persie y perdonó la roja y un penalti de libro de Rafael. Comparar todo eso con la expulsión de Nani me parece erróneo e injusto.

La 9+1. No quiero nombrarla con su denominación popular porque parece gafada. Pero está claro que la tenemos más a tiro que nunca. Gloria eterna para The best team in the History. Y un diez para los 3.500 de Old Trafford. ¡Vikingos con un par!