Víctor: “Hay que seguir sumando porque la soga aprieta menos, pero aún está en el cuello”
El técnico asegura que ha vivido el partido con más tensión que la final de Copa de 1994, destaca el oficio de su equipo y califica de épica la victoria: “Hemos jugado con el honor y el sentimiento de defender una camiseta que se merecía esto”.
Valoración. “Nos ha costado entrar en los primeros veinte minutos. En el medio del campo no lográbamos ni construir ni destruir. Nos ha costado adaptarnos, pero creo que hemos hecho veinte minutos finales fantásticos. Y también la primera parte del segundo tiempo ha sido lo mismo. Incluso hemos podido rematar el partido, pero esto es la Segunda División y es difícil. El Huesca es un muy buen equipo, ha luchado con un espíritu encomiable. Ha sido también una victoria épica porque cuando iba a hacer los dos cambios y darle descanso a Azón y quitar a Mouriño por las tarjetas, en una jugada que teníamos ventaja, nos ha dejado muy desfavorecidos para jugar los últimos minutos. Para nosotros era vital, por eso quizás la celebración, porque llevamos una temporada de mucho sufrimiento y amarguras, con más de un año sin remontar un partido, algo que me parece una cosa increíble para lo que es el Zaragoza. También llevábamos más de seis meses sin ganar fuera de casa, que es una locura. Hoy hemos apostado por otros jugadores, por otra forma de jugar, intentando ser valientes, pero todavía no logro conseguir que tengamos más pausa en la construcción. Pero no les puedo pedir nada porque hoy hemos jugado con el honor y el sentimiento de defender una camiseta que se merecía esto”.
Amenaza del descenso. “A mí personalmente me está robando salud porque estoy viviendo los partidos con demasiada tensión, pasión y sentimiento. Eso no es bueno para la salud. Me recordaba Belsué que hoy hacía treinta años que el Zaragoza jugaba una final de la Copa del Rey conmigo de entrenador y con él de artista en el campo. Y treinta años después me veo metido en una batalla que no nos corresponde por historia ni por nada y que la he vivido con más tensión, con más desgaste y con más nerviosismo que aquella final. ¿Qué espero a partir de ahora? Que se alivie la tensión y que crezcamos un poco más como equipo porque tenemos muchas cosas que mejorar, ya que no somos capaces de hacer un partido perfecto ni completo, pero sí que somos capaces de ganar fuera de casa. Y además frente a un rival que se ha dejado la vida. Quiero felicitarles porque no se han rendido, como tampoco nos hemos rendido nosotros cuando nos han dado la primera bofetada en el primer córner del partido, en una jugada que hemos generado nosotros mismos. A partir de ahora hay que seguir sumando porque la soga está en el cuello todavía. Lamentablemente, es así. Aprieta menos que antes de empezar el partido, pero la tenemos puesta en el cuello. Vamos a ver si seguimos creciendo y seguimos perfeccionando el sistema. Tenemos una grandísima oportunidad el sábado en Leganés. Creo que también somos capaces de jugar para ganar si mejoramos una serie de cosas. Y hay que pensar en sumar porque esto es un infierno”.
Cambios en el once. “Tengo unos buenos centrales para la categoría y necesitamos tener amplitud y profundidad. Lo hemos intentado cambiando el dibujo, dando todo el carril derecho a Gámez y el izquierdo a Lecoeuche, jugando en ataque con un 3-4-1-2. Por momentos ha salido bien, en otros momentos no ha salido, pero sabíamos que teníamos que acompañar a Azón con un jugador que supiera jugar entre el central y el lateral y que nos diera mucha profundidad y contundencia arriba. Creo que ha sido el mejor partido de Liso desde que debutó. Ha sido un puñal constante para los defensores del Huesca. Entre la presencia de Gámez y las caídas a los costados de Liso y Azón, intentamos suplir las carencias de jugadores de banda. Hemos tenido muchos defectos, pero también hemos mostrado muchas virtudes, entre ellas que hemos sido un equipo solidario, un equipo que ha sabido sufrir, un equipo que ha buscado el triunfo, un equipo al que le ha acompañado también la suerte porque en Segunda sin suerte no ganas ningún partido y un equipo que ha sabido levantarse después de muchos meses sin ganar fuera y más de un año sin remontar un encuentro. Hacerlo aquí en El Alcoraz también te gusta, pero para mí el valor de los tres puntos sigue siendo el mismo”.
Tensión. “Las pulsaciones estaban muy altas para todos. En la grada había mucha tensión y se protestaba cualquier decisión del árbitro constantemente. En el campo ha sido muy difícil para el árbitro porque ha habido mucha fricción y contacto físico. Creo que los dos equipos hemos pasado de doce faltas cada uno. Te encuentras con diez, Marc Aguado no pide la asistencia médica, el árbitro obliga a entrar al médico... Son muchas circunstancias difícilmente manejables porque las pulsaciones estaban disparadas y porque era un partido muy, muy, muy importante para los dos equipos”.
Últimos minutos. “No sé si les habré transmitido serenidad, pero sí que estuvieran absolutamente atentos y concentrados en lo que estaba ocurriendo en el terreno de juego. Hemos tenido oficio y hemos sabido parar el partido cuando había que pararlo y Valera ha estado muy vivo en dos o tres acciones buscando el uno contra uno contra los defensores del Huesca. Hemos sabido manejarlo y también con ese golpe de fortuna, ya que ellos han tenido un cabezazo muy claro que ha salido fuera. Estamos felices porque han desaprovechado esa oportunidad. Hace dos semanas nos clavaron una desde treinta metros. Eso es el fútbol y hay que aceptarlo”.
Lesión en el aductor de Lecoeuche
Víctor Fernández señaló en la rueda de prensa posterior al partido que Lecoeuche, que fue sustituido al descanso por Zedadka, sufre una lesión en el aductor: "Ha debido jugar los 45 minutos renqueante porque no le he visto explosivo ni ha alcanzado los espacios que tenía que alcanzar”. Además, el técnico no podrá contar frente al Leganés con Mouriño, que será sancionado con un partido tras ser expulsado por doble amonestación.
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