REAL MADRID-CÁDIZ | DAVID VIDAL
David Vidal: “Ancelotti es un catedrático y un psicólogo”
El veterano entrenador español repasa el fútbol español antes de un Real Madrid-Cádiz que tantas veces dirigió desde un banquillo...
“No me tire de la lengua que ya estoy jubilado y no quiero ninguna polémica”, avisa David Vidal (Portosín, A Coruña, 1950) antes de entrar en faena. En su refugio gaditano de Chiclana disfruta plácidamente de la vida y de sus cuatro nietos, sigue practicando la pesca submarina a sus 73 años y no quita ojo a la televisión cuando aparece un balón rodando por el césped. Personaje genuino de nuestro fútbol, Vidal, que fue un defensa central discreto y un técnico vehemente y carismático, con etiqueta de salvador, repasa fugazmente algunos capítulos de una carrera plagada de vivencias y anécdotas en la víspera de la visita de su querido Cádiz al Bernabéu. Empático por naturaleza, afronta con recelo la cita con el periodista, aunque apenas tarda unos minutos en recuperar su esencia de hombre espontáneo y jovial.
-¿Aún sigue buceando?
-Sí, por toda la costa de Cádiz. Voy especialmente a la playa de Bolonia, en Tarifa. Allí hay unos crustáceos llamados santiaguiños, que están pegados a las rocas. Bajo hasta ocho o diez metros de profundidad para cogerlos. A mi edad ya no puedo ir más abajo.
-Lleva casi 50 años en Cádiz y no ha perdido el acento gallego…
-Yo no lo noto, pero eso me dicen. Es curioso. En cualquier caso, mi sitio está junto al mar.
-¿Vio el Bayern – Real Madrid?
-¡Cómo no voy a verlo! Es un orgullo para España que uno de nuestros equipos nos represente de esa manera por Europa. En la Champions es una garantía y gran parte de su éxito es de Ancelotti. Me fascina su forma de hablar con los jugadores. Es un catedrático y un psicólogo. En una plantilla de 25 jugadores hay 11 que juegan y 14 que miran. Tener contentos a los que no salen es fundamental y una tarea muy difícil que el italiano borda. Ejercer de psicólogo es parte de la labor de un entrenador.
-¿Echa de menos los banquillos?
-Ya los probé bastante. Dirigí a quince equipos en España. Yo era de los que intentaba hacer sesiones de mañana y tarde, que es lo que deberían hacer todos los entrenadores, porque hay muchas cosas que trabajar y es necesario transmitir correctamente los mensajes a los futbolistas. La estrategia bien elaborada y ensayada da muchos puntos y requiere tiempo. Yo solía hacer mucho hincapié en esa labor.
-¿Cómo explicaría a los jóvenes que no le vieron jugar cómo era “Mágico” González?
-Estuve con él ocho años en el Cádiz y lo conocí muy bien. Al Mago lo fichó Camilo Liz Salgado, un gallego que era secretario técnico del Cádiz, después del Mundial de 1982 en España. Yo era segundo entrenador del serbio Milosevic en aquella época, Camilo me pidió mi opinión y le di el visto bueno enseguida. Era un fenómeno.
-¿Le impresionó a primera vista?
-Me cautivó desde el principio aquel “melenas”. Después de ficharlo, lo disfruté y lo sufrí durante muchos años. Lo disfruté porque era un genio, él solo volvía locos a los rivales. Era un jugador excepcional
-¿Es cierto que usted se lo recomendó a Cruyff cuando el holandés era entrenador del Barcelona?
-Sí. Totalmente cierto. Realmente le dije “Johan, llévate al salvadoreño, que es mejor de lo que eras tú”. Ahí apareció Rexach y me dijo “No te pases” (risas). Cruyff fue el mejor como jugador y también como entrenador, porque innovó y aportó mucho al fútbol.
-Llegó a hacer una gira con el Barça por Estados Unidos…
-El Cádiz necesitaba hacer una gran venta y permitió al Mago irse cedido a unos partidos. Allí coincidió con Maradona, que también quedó prendado de su forma de jugar. No se quedó en el Barça por diversos motivos que no vienen a cuento, pero era un virtuoso del balón.
-Ha dicho que lo disfrutó, pero también lo sufrió…
-Cuando era el segundo entrenador del Cádiz me encargaron que estuviese muy pendiente de él y que lo cuidase. Digamos que era un chico que llevaba una vida bohemia y un poco desordenada, pero en el campo no se notaba. Siempre rendía. No puedo decir nada malo de él porque me sacó las castañas del fuego muchas veces cuando yo ya era primer entrenador. Tenía una clase y una energía descomunales. Además, pegaba a la pelota de escándalo. Era un auténtico crack.
-¿Es de los mejores que ha visto en un campo de fútbol?
-El mejor. Escúcheme bien. Es el mejor que he visto. Cuando controlaba el balón era casi imposible quitársela y se ofrecía siempre para recibir, nunca se escondía. Y físicamente era fuerte. Su madre lo parió muy bien.
-Y siempre fue un caballero…
-En casi una década a su lado jamás le vi insultar ni faltar al respeto a nadie. Era buena persona y muy caritativo. Le pedían dinero por la calle y a veces daba mil o dos mil pesetas de aquella época. Yo le regañaba por eso, pero él era así.
-¿Es cierto que se quedó dormido en la camilla de masajes del Vicente Calderón en el descanso de un Atlético-Cádiz?
-Es una de las muchas anécdotas que hay sobre él. La verdad es que tenía una facilidad increíble para quedarse dormido en cualquier sitio y era muy difícil despertarlo.
-¿Ha cambiado mucho el fútbol desde su época?
-Ha evolucionado, aunque la esencia es la misma. Hay entrenadores que al hablar del sistema de juego de su equipo hablan de 4-4-2 o 4-3-3 y yo me pregunto por qué juegan con diez ¿Qué pasa con el portero? Lo correcto es decir que se juega con un 1-4-4-2 o lo que sea. Muchos creen saber de fútbol, pero pocos entienden. Esta frase es mía. A algunos les han regalado el carnet de entrenador.
-Usted siempre dio mucha importancia a los porteros…
-Es uno de los jugadores más importantes del equipo. Tengo un hueso del empeine desgastado dos centímetros por chutar a los porteros durante muchos años para entrenarlos. Tuve a mis órdenes a Willy Caballero, Keylor Navas, Julen Lopetegui, Pedro Jaro y otros muchos de gran nivel. Me acuerdo de ellos cuando me duele el empeine, pero son gajes del oficio (risas).
-También es un experto en centrales, porque usted lo fue…
-Arsenio Iglesias me dio la oportunidad de jugar en el Deportivo. De no haber sido por él tal vez habría sido marinero en vez de futbolista.
-¿Qué central le llama la atención?
-Rüdiger es agresivo, Cubarsí parece un veterano a pesar de su juventud y me encanta, pero me gusta especialmente Alaba. Es un jugador zurdo que sabe ubicarse bien en el campo, tiene técnica y visión de juego. Cada uno tiene su niño bonito.
-¿Qué no le gusta del fútbol actual?
-Hay cosas que no entiendo, como que el portero juegue con el central para sacar el balón desde atrás. Eso se debe hacer con los laterales. El central está para frenar a los delanteros del adversario, no para comenzar la jugada de su equipo. Si el central pierde la pelota es muy posible que sea gol del rival, pero si la pierde el lateral está el central para hacer la cobertura. Es pura lógica. Ese error lo veo en muchos partidos. También hay que cuidar mucho la cantera y dar oportunidades a los chicos como hacía yo. Llegué a tener diez canteranos en el primer equipo del Cádiz. Ahora eso no ocurre.
-Usted se enfrentó muchas veces al Madrid ¿qué recuerda?
-Que casi siempre perdíamos (risas). Ganamos un par de veces o tres, pero lo normal contra los grandes era perder.
-Xavi al final se queda en el Barça…
-Fue un gran jugador, pero como entrenador no tenía ninguna experiencia. Vino de entrenar en Catar, que no es como hacerlo desde Alemania, Italia o Inglaterra. Allí el fútbol es de tercer nivel. Lo hizo bien la primera temporada, pero sus maniobras de me voy y luego me quedo no las comprendí bien. No es algo normal.
-¿Cree que el Cádiz se salvará?
-No lo tiene fácil, pero el Cádiz está acostumbrado a caminar por el alambre. Ganar al Real Madrid sería un impulso muy importante para lograr la salvación. No sería la primera vez que lo hace y le puede mojar la oreja al Madrid, que ya tiene la liga ganada y está centrado en la Champions.
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