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ADIÓS AL CALDERÓN

Emotiva carta de Maribel Matallanas al Vicente Calderón

"Cuando, finalmente, el Calderón caiga bajo los golpes de la pileta, hay muchos, muchos momentos que le mantendrán vivo en mis recuerdos..."

Actualizado a
Emotiva carta de Maribel Matallanas al Vicente Calderón

Cuando, finalmente, el Calderón caiga bajo los golpes de la pileta, hay muchos, muchos momentos que le mantendrán vivo en mis recuerdos. De todos ellos, voy a destacar -sin menosprecio del resto- los que siguen:

Marzo de 1972. Una joven pareja de jóvenes padres veinteañeros empezó a frecuentar El Manzanares, con el cochecito de su bebé de apenas tres meses. Nos sentábamos en el fondo norte, en la última fila de los asientos de madera de la Tribuna baja y dejábamos al bebé dormido en su cochecito, justo detrás de esa fila de asientos. Así empezó su afición al fútbol y al Atleti.

Septiembre de 1976. La pareja tuvo a su segundo bebé, y querían llevarlo a que lo conociera el abuelo de la chica. Le llamaron y el abuelo, que tenía la sangre más rojiblanca que se ha sentado en las gradas del Calderón, les dijo que fueran a la puerta 51 el domingo, y allí conocería a su biznieto. Y eso hicieron. Con ilusión, el bisabuelo besó a su tercer biznieto y se metió en el Templo a ver al Glorioso.

Marzo de 1986. Aquel niño que empezó a frecuentar el Calderón con apenas 3 meses, jugaba en las categorías inferiores del Atlético de Madrid. Iba a jugar la Selección española en el estadio y el día 29 hicieron un partidillo de entrenamiento con juveniles del Club.

¡Que emoción ver a tu hijo marcando a Butragueño! Con poco más de 14 años.

Inolvidable

Y ese Calderón lleno a reventar..

Y el bisabuelo disfrutando en su palco celestial.

Invierno del 89. Partido internacional del Atlético. Aquella joven pareja ya tiene 4 hijos. Y la madre prepara en casa una mochila para cada uno de los dos pequeños (bocadillo, un batido, un bollito), prepara su bolso y, en autobús, bajan al Calderón, donde han quedado con el padre que irá, en coche, desde su trabajo. Al llegar a la puerta ¡se han dejado las entradas en casa!. La mujer trata de que avisen a su padre, que está en las oficinas del Club, pero sin éxito.... Y cuándo ya pensaban que se tenían que volver a casa, en lo alto de la bocana de la puerta, iluminada desde dentro por los focos del estadio, una figura se refleja en contraluz: ¡es el abuelo! gritan con ilusión los niños.... y entramos al estadio... aunque el equipo cayó eliminado en su camino hacia Europa.

Mayo de 1999. Si hay cuatro chicos en una familia futbolera, lo normal es que jueguen al fútbol. El mayor ya lo había hecho. El tercero y el cuarto iban despuntando en equipos del Sur de Madrid. Y el pequeño acabó jugando en la cantera del Club. Esa temporada, el cadete fue campeón de Madrid de la Copa Nike. Luego fue campeón de España, en Barcelona, ganando en la final al Español en el MiniEstadi. Y, por último, el día 24, campeones de Europa, en Reggio Emilia, Italia, tras eliminar al Madrid en semifinales. Al domingo siguiente toda la familia vivió la emoción de ver al pequeño dar la vuelta al campo, exhibiendo la Copa Nike de Campeón de Europa.

Mayo de 2007. El Barcelona acaba de endosar un 0 - 6 al Atlético. Bronca monumental de los que aguantaron en el estadio a los jugadores, Directiva, Presidente... Poco a poco el estadio se va vaciando y la gente se dirige por el Paseo de los Melancólicos hacia el metro de Pirámides. Aquella pareja, ahora cincuentañera, han aficionado a los hijos de sus vecinos al fútbol y al Atlético. Y vuelven para casa con el mayor sobre los hombros del marido. En un momento dado, el niño mira a su alrededor y ve a todo el mundo triste... y muy bajito empieza a cantar .... "yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón...."

Un señor mayor que va detrás le dice: "di que sí, chaval" y se pone a cantar el himno con el niño.

Un instante después la cola de gente que camina hacia el metro entona, con orgullo, el himno...

Himno que habrá que cambiar... ya no irán al Manzanares... ya no estará el Calderón.

Epílogo

Y cómo olvidar la noche en que el nieto saltó al césped, de la mano de Gabi, en un partido de Champions League....

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