Nani: "Quiero que cambie todo"
Llegó como fichaje estrella y por sorpresa al Valencia y no ha sido la temporada con la que había soñado. Pero sonríe porque disfruta con su profesión.
Futre, Figo, Cristiano, Simao, usted... ¿Hay un por qué a tanto extremo de gran nivel nacido en Portugal?
Será porque de niños nos gusta regatear (ríe). Los entrenadores, en mi época, nunca me prohibieron jugar a mi manera. Quien era más dotado con el balón, hacía lo que le daba la gana. Ahora todo es más táctico en la formación...
Pero quizás ese corsé táctico es el que les ha llevado a ser campeones de Europa...
Pues tiene algo de razón. Antes, en la selección, cada uno hacía la guerra por su cuenta. Cuando llegamos a Francia, el seleccionador Fernando Santos nos dijo: “Podemos ser campeones si dejamos de pensar en el yo y pensamos en el nosotros”. Le hicimos caso y fuimos campeones.
Un ejemplo es que Cristiano apenas participó en la final.
Cristiano no pudo acabar la final, pero nos hizo ser mejores. Había muchos jóvenes y él dio al vestuario mentalidad de campeón. Las bromas que gastaba en las comidas se transformaban en broncas en los entrenamientos.
¿Cómo es en las distancias cortas?
Cristiano es un tipo sincero. Puede parecer arrogante, pero lo es con quien tiene que serlo. No todos son amigos del futbolista. A los futbolistas, más a Cristiano, se nos acerca la gente por interés. Y si les das un dedo, te cogen el brazo. Cristiano corta con eso. Se protege. ¡Es normal que lo haga! Pero si le respetas, te respeta. Es muy buena persona.
Sus trayectorias son parecidas. Sporting, United...
La primera vez que le vi tenía yo 13 años. Yo jugaba en el Real Massamá y fui a probar con el Sporting. Estuve una semana entrenando con ellos. Cristiano era el mejor con diferencia. Jugamos unos partidos y lloraba de rabia si perdía. Recuerdo que el entrenador se le acercó y le dijo: “Tranquilo, que no siempre se puede ganar”. Y él le dijo: “Siempre hay que ganar”. Ha llegado donde ha llegado por su pasión y esfuerzo. Me encanta haber sido su compañero y también poder enfrentarme a él (hoy). Y una pena que no a Pepe y Coentrao...
¿Qué le viene a la memoria de sus enfrentamientos contra el Real Madrid?
Que he jugado dos veces... ¡Y ningún partido lo acabé! Con el Valencia por lesión, con el United porque vi la roja. Por cierto, ¡vaya expulsión!
No la olvida.
Fue muy injusta. Yo quería hacer un control a lo Zidane (ríe) y Arbeloa fue listo. Se acercó y le toqué sin querer. Pero su caída fue aparatosa y al árbitro le tenía que gustar mucho el Madrid (ríe), porque íbamos ganando 1-0, yo estaba haciendo un partidazo y después perdimos 1-2.
En Portugal se publicó en 2012 que el Madrid le quería. ¿Hubo algo?
¿Cuando estaba en el United? (Piensa). Sinceramente, no lo sé. No me consta nada del Real Madrid. Sí del Barcelona. El Barcelona sí me llamó. Pero el United no quiso vender.
Hablando del Madrid y del Barcelona, ¿se sienten jueces de la Liga?
No lo veo así. Nosotros somos profesionales y debemos jugar con alegría, pasión y respeto. Ha sido una temporada difícil y cada partido nos sirve para demostrar que somos mejores de lo que hemos sido.
¿Qué le ha pasado al Valencia?
Tantas cosas que no sé por dónde empezar. Lo mejor es olvidar el año y que cambien muchas cosas. Yo no estoy acostumbrado a tanta confusión y a pelear por no bajar. Cuando ves tanta confusión a tu alrededor, tantos problemas en el club, no consigues explotar tu fútbol. Y es una lástima, porque el Valencia tiene los mejores aficionados cuando quieren serlo y un buen equipo cuando la mente está liberada. Pero para ello se deben tomar buenas decisiones en el club.
Por confusión se refiere a tres entrenadores, dos directores deportivos, el anuncio del adiós de la presidenta...
Eso es inestabilidad. Y eso se transmite a los jugadores. Luego, cuando hay un mal resultado, todo cae encima del futbolista. La gente se olvida de que hay una estructura que debe ser sostenible y eso no tiene que ver con los jugadores.
¿Usted quiere seguir?
Sí, claro, me gusta el club, la ciudad... Pero si me dices que nada va a cambiar, yo no querría estar aquí. Yo quiero que cambie todo en el Valencia. También la afición.
¿En qué sentido?
No culpo a los aficionados del mal año, que conste. Pero la fuerza de un equipo es su afición, ellos te dan el 50 por ciento de una victoria en tu campo, pero si te critican cada vez que tocas el balón, así no vas a poder mejorar.
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